Turismo Rural premia a las cuatro olímpicas cántabras y a las pioneras del sector

18 diciembre 2012

Han pasado veinte años desde que se creó la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Cantabria, como experiencia en la que convertir el turismo en el campo en un atractivo para los habitantes de las ciudades. El próximo jueves, en el Palacio de la Magdalena, la asociación que preside Jesús Blanco premia con sus tradicionales 'Cabaña pasiega' a las cuatro olímpicas cántabras en Londres 2012 y a las tres pioneras en el sector de turismo rural. 
 
Ruth Beitia, Verónica Cuadrado, Beatriz Fernández y Berta Betanzos son las Olímpicas. Beatriz y Verónica fueron bronce con la selección española de balonmano; Ruth cuarta en la final de salto de altura y Berta décima junto a sus compañera Tara Pacheco en la clase 470 femenina de vela. 
 
En cuanto a las pioneras del sector, recibirán las insignias de Honor Pilar García Lozano, que fue la primera presidenta de la organización; Elvira Estébanez, que montó la primera casa rural en Cantabria (en 1990 en Queveda) y Rosa Vallejo, pionera con su casa en Casar de Periedo. «En aquella época el turismo rural era cosa de empresarias, porque era una segunda actividad familiar, que complementaba la ganadería o el campo», asegura Blanco. También habrá una distinción para Isidoro Rábago, alcalde de Santillana, por su colaboración con la asociación y el coro de la misma, creado hace diez años. 
 
Exceso de oferta
 
De aquellas dieciocho casas rurales que había hace dos décadas, se ha pasado a las casi 600 que hay en la región, casi tantas como en Galicia, con un territorio mucho menor. «Eso deja bien claro que sobran muchas, que hay exceso de oferta y eso se está notando en la rentabilidad de nuestros negocios», señala Blanco. Recalca que la asociación agrupa a 250 casas, hay otras tantas no asociadas y otras cien que son ilegales, «que están sin dar de alta en registro alguno o que no pagan impuestos, y contra ellas seguimos luchando».
 
Hoy, el sector está a la baja, como toda la hostelería en general, «con unos ingresos inferiores en un 8% a los del año pasado y con una rentabilidad que nos sitúa en niveles de hace tres años. Hay muchas casas en alquiler o a la venta. Y, en temporada baja, muchas casas permanecen cerradas. Pero son los tiempos y hay que afrontarlos con trabajo e imaginación, con inversiones en las nuevas tecnologías y en Internet», apunta el presidente.
 
En 1995, EL DIARIO MONTAÑÉS publicaba que se celebraba en la Cámara de Comercio de Santander una exposición con información de las casas rurales que había en Cantabria, veinte en aquel año, bajo el lema 'Turismo rural en casas de labranza'. «Ha pasado mucho desde entonces y en los últimos tiempos apostamos por la publicidad en Internet, por el desarrollo de páginas en la red con información de las casas, y con todo aquello que nos sirva para atraer más clientes. Cosa difícil en esta crisis en la que los puentes turísticos han desaparecido, en que los fines de semana se reducen a un día, en que el cliente gasta mucho menos y en el que el año acaba en octubre».
 
La rentabilidad, a la baja
 
Para hacer frente a la crisis, los empresarios de turismo rural han echado mano de ofertas y contención de las tarifas «de manera que teniendo en cuenta el alza general de precios, impuestos, servicios generales y el combustible, la rentabilidad cada año es menor. En cuanto al balance del año que acaba, Blanco es muy claro: «Julio fue muy flojo, agosto y septiembre fueron buenos porque hizo sol, octubre duró hasta El Pilar y el puente de la Constitución casi no ha traído clientes, fue malo. Y en Semana Santa la ocupación fue de tres días. A este paso estoy seguro que muchas casas tendrán que cerrar y serán aquellas que no han sabido comercializar bien su producto», acaba Blanco.

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