Han pasado veinte años desde que se creó la Asociación de
Empresarios de Turismo Rural de Cantabria, como experiencia en la que
convertir el turismo en el campo en un atractivo para los habitantes de
las ciudades. El próximo jueves, en el Palacio de la Magdalena, la
asociación que preside Jesús Blanco premia con sus tradicionales 'Cabaña
pasiega' a las cuatro olímpicas cántabras en Londres 2012 y a las tres
pioneras en el sector de turismo rural.
Ruth Beitia, Verónica Cuadrado, Beatriz Fernández y Berta
Betanzos son las Olímpicas. Beatriz y Verónica fueron bronce con la
selección española de balonmano; Ruth cuarta en la final de salto de
altura y Berta décima junto a sus compañera Tara Pacheco en la clase 470
femenina de vela.
En cuanto a las pioneras del sector, recibirán las
insignias de Honor Pilar García Lozano, que fue la primera presidenta de
la organización; Elvira Estébanez, que montó la primera casa rural en
Cantabria (en 1990 en Queveda) y Rosa Vallejo, pionera con su casa en
Casar de Periedo. «En aquella época el turismo rural era cosa de
empresarias, porque era una segunda actividad familiar, que
complementaba la ganadería o el campo», asegura Blanco. También habrá
una distinción para Isidoro Rábago, alcalde de Santillana, por su
colaboración con la asociación y el coro de la misma, creado hace diez
años.
Exceso de oferta
De aquellas dieciocho casas rurales que había hace dos
décadas, se ha pasado a las casi 600 que hay en la región, casi tantas
como en Galicia, con un territorio mucho menor. «Eso deja bien claro que
sobran muchas, que hay exceso de oferta y eso se está notando en la
rentabilidad de nuestros negocios», señala Blanco. Recalca que la
asociación agrupa a 250 casas, hay otras tantas no asociadas y otras
cien que son ilegales, «que están sin dar de alta en registro alguno o
que no pagan impuestos, y contra ellas seguimos luchando».
Hoy, el sector está a la baja, como toda la hostelería
en general, «con unos ingresos inferiores en un 8% a los del año pasado y
con una rentabilidad que nos sitúa en niveles de hace tres años. Hay
muchas casas en alquiler o a la venta. Y, en temporada baja, muchas
casas permanecen cerradas. Pero son los tiempos y hay que afrontarlos
con trabajo e imaginación, con inversiones en las nuevas tecnologías y
en Internet», apunta el presidente.
En 1995, EL DIARIO MONTAÑÉS publicaba que se celebraba
en la Cámara de Comercio de Santander una exposición con información de
las casas rurales que había en Cantabria, veinte en aquel año, bajo el
lema 'Turismo rural en casas de labranza'. «Ha pasado mucho desde
entonces y en los últimos tiempos apostamos por la publicidad en
Internet, por el desarrollo de páginas en la red con información de las
casas, y con todo aquello que nos sirva para atraer más clientes. Cosa
difícil en esta crisis en la que los puentes turísticos han
desaparecido, en que los fines de semana se reducen a un día, en que el
cliente gasta mucho menos y en el que el año acaba en octubre».
La rentabilidad, a la baja
Para hacer frente a la crisis, los empresarios de turismo
rural han echado mano de ofertas y contención de las tarifas «de manera
que teniendo en cuenta el alza general de precios, impuestos, servicios
generales y el combustible, la rentabilidad cada año es menor. En
cuanto al balance del año que acaba, Blanco es muy claro: «Julio fue muy
flojo, agosto y septiembre fueron buenos porque hizo sol, octubre duró
hasta El Pilar y el puente de la Constitución casi no ha traído
clientes, fue malo. Y en Semana Santa la ocupación fue de tres días. A
este paso estoy seguro que muchas casas tendrán que cerrar y serán
aquellas que no han sabido comercializar bien su producto», acaba
Blanco.
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