Lío en la ludoteca

La propietaria de la ludoteca 'Cangurolandia', Gema Arnáiz, ha demandado al Ayuntamiento de Cabezón de la Sal por prohibir la entrada a su negocio a niños de entre cero y tres años, una restricción que, según asegura, el Consistorio no puede llevar a cabo «porque no tiene potestad para prohibir la entrada a una ludoteca a estos pequeños ya que no existe legislación vigente en materia de ludotecas en Cantabria».

La demanda tiene su origen en la denuncia presentada por una vecina -propietaria de una guardería- contra Arnáiz en el Ayuntamiento al considerar la primera que en la ludoteca de la segunda se realizaban labores de guardería pues se acogía a niños de entre cero y tres años, «cuando yo lo que he montado es una ludoteca», dice Arnáiz.

Tras recoger y estudiar la denuncia, el Consistorio envió a una patrulla de la Policía Local a la ludoteca (en varias ocasiones) para comprobar si allí había realmente niños menores de tres años de edad, circunstancia que llegó a incomodar sobremanera a la propietaria, «porque yo no estoy haciendo nada ilegal», insiste la mujer.

Con todo, el Ayuntamiento consideró que la ludoteca realiza un servicio de guardería y que las instalaciones en las que se realiza esta labor «no cumplen, según el informe del arquitecto municipal, los requisitos que recoge la normativa vigente sobre las medidas higiénico-sanitarias de las guarderías en Cantabria», según precisa la alcaldesa, Esther Merino, que ha decidido aplicar la normativa y prohibir la entrada a este negocio de los niños de entre cero y tres años.

Una demanda

 

Perjudicada por esta situación, la dueña de 'Cangurolandia' ha decidido demandar al Ayuntamiento, «porque si en Cantabria no existe una regulación sobre las ludotecas no puede impedir que entren a ellas los pequeños menores de tres años», entiende Arnáiz, que critica que el Consistorio ha tomado esta decisión «sin esperar a que lleguen las medidas cautelares». La mujer, que no se explica que «después de pagar las licencias necesarias como ludoteca, el Ayuntamiento aplique a mi negocio una legislación de guardería», dice que la prohibición ha supuesto «un grave perjuicio para mí y para muchas de familias».

Al otro lado del conflicto, la alcaldesa insistió ayer en que «si les sucede algo a esos niños en la ludoteca, la responsabilidad es nuestra». Según Merino, aunque al negocio se le otorgó la licencia de ludoteca, «está realizando también labores de guardería sin cumplir con los requisitos que exige la ley» y «mientras se toman las medidas cautelares, el Ayuntamiento tiene la obligación de hacer cumplir la ley».