Cabezón de la Sal vuelve a llenarse por El Pilar

13 octubre 2014

Pasá de tudanco en Cabezón de la Sal
En el Día del Pilar en Cabezón de la Sal a los vecinos despiertan con el son de los campanos de las vacas. Es inevitable escucharlas, y verlas, porque están por todas partes. Las principales calles de la localidad son para ellas y también las miradas de los visitantes, que cada año son más. Miles. Este domingo, todos amanecieron temiendo que hubiera menos gente que el año pasado, por la lluvia, pero, finalmente, una multitud se acercó para disfrutar de una jornada de tradición, en la que la Cantabria más auténtica está en cada rincón a donde mires. A las 12.00 horas, las vacas desfilaban hacia la campa de Ontoria entre el público que hacía pasillo. Unas aceras pobladas de gente y de puestos de productos típicos.


Mariate Revuelta colocaba los productos de su espacio de venta. "Vendo chorizo, panceta, lomo, queso picón, quesada, sobaos". Empeñada en nombrar casi todos. "Calidad y precio", decía. “Antes ha caído el diluvio universal, pero ahora parece que ha parado. Yo ya he vendido algún bocadillo y si no llueve, se venderá mejor espero", añadió. Por delante del puesto de Mariate pasaban Titi Rodríguez y Héctor Gutiérrez, vestidos con el traje regional y las albarcas. "Somos de la Asociación Cultural de Artesanos de Cantabria y tenemos un puesto que casi no es cántabro", bromeaban ante su mesa, llena de motivos regionales tallados a mano. "Más que vender, lo exponemos". Una excusa para pasar un buen día en Cabezón.
Javier Fernández vino de Panes para vender campanos y correas. "No se vende mucho, pero algo sí". Disfruta de este día y de esta celebración, "aunque no tanto como me gustaría, porque tengo que estar aquí en el puesto". A su lado, Emiliano López explica que él vende cachavas. "Cachavas Cano, apúntalo bien". Viene de Riotuerto desde hace muchos años y ha tenido que bajar el precio de 20 a 10 euros, "porque si no, no se vende". Otro comerciante, Félix Diego, de Cudón, afirma que es la primera vez que viene "a probar suerte". Tiene queso vasco, "porque vienen mucha gente de la comunidad vecina".

Y desde Santillana del Mar llegaron Ramón y Donato Saenz, con las albarcas y los palos también. Desde primera hora de la mañana, para ver las vacas: "porque nos encanta, disfrutamos". Su posterior intención era comer y comprar “el mejor lomo que haya por aquí". Se reían. Tres saladas mujeres de Prellezo paseaban por el mercadillo: María Jesús, Milagros y Celi. "Hemos comprado todo esto hija, para tomar a la tarde con chocolate", reconocían, refiriéndose a los dulces de uno de los puestos.

Y así transcurrió el día, entre compras, reses y campanos. A las 16.00 horas se celebró la 'pasá' y luego la gente siguió en la calle. Los vecinos dicen que el Día del Pilar se parece cada vez más al Día de Cantabria en Cabezón de la Sal.

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