Un terremoto de calendario

El fin justifica los medios. Así lo sienten las 16 profesoras protagonistas de un calendario solidario. El fin: recaudar fondos para que niños del Perú puedan acceder a una educación. El medio: salir desnudas en el almanaque que saldrá a la venta en breve.

Aunque a estas educadoras de Cabezón de la Sal, Torrelavega, Puente San Miguel, Puentenansa, Serna de Iguña, Rubayo, Santillana del Mar y Treceño no les interesen lo que la gente opine de su decisión, lo cierto es que, a raíz de salir la noticia en EL DIARIO MONTAÑÉS del pasado domingo, ha habido cientos de reacciones a favor y en contra de su particular 'posado'. La Consejería de Educación, sin embargo, no quiso hacer ayer ninguna valoración, aunque un alto cargo reconoció a este periódico que ayer no se hablaba de otra cosa.

María Isabel Méndez, directora general de la Mujer, consideró el asunto «un tema personal al margen de su trabajo como educadoras» y destacó que el calendario se había planteado «por una buena causa y de buena fe».

Sin embargo, Méndez lamentó «que se utilice el cuerpo como reclamo y márketing. Eso es un paso atrás, tanto si lo hacen mujeres como hombres», aseguró.

Los teléfonos de las profesoras no han dejado de sonar desde el domingo. «Nos han llamado de otros medios de comunicación» indicó Mara Cuevas (mes de febrero), una de las profesoras. Está convencida que los mil ejemplares que saldrán en los próximos días a la venta volarán de las estanterías.

«Nos hemos sentido muy apoyadas. En el colegio todos me han felicitado, incluso el director. En cuanto a los niños, creo que ni se han enterado». Para Cuevas «lo que a la gente le debe de importar es la labor social y de ayuda que hay detrás de todo esto».

El objetivo de su iniciativa, que ellas llaman 'Proyecto Machupicchu', es ayudar a los estudios universitarios y la manutención de los chicos que cada año terminan los estudios secundarios en al casa de acogida de las Hermanas Carmelitas Misioneras en Quellouno (Perú).

Para Marta San José, la profesora embarazada del mes de julio, «se ha criticado lo que menos importancia tiene: que salgamos desnudas. No lo hemos hecho para lucrarnos ni para lucirnos, sino para que unos niños tengan futuro». Reconoció que «posar desnuda fue difícil, pero valió la pena».

Foto recogida de la página web del Fotógrafo Javier Rosendo