Ayer se celebró en Carrejo la tradicional feria de Santa Lucía, una cita ganadera y social que organiza el Ayuntamiento de Cabezón y en la que se pudo disfrutar de una pasá de ganado por el pueblo además de los de los productos que ofrecieron un buen puñado de feriantes.
En el apartado de lo comercial ganadero, nada de nada. Concurrieron algunas cabañas de tudanco, pequeños lotes de caballar y un partida de asnal. Pero los productores que concurren a una feria de éstas no suelen tener como objetivo conseguir transacciones: se limitan a exhibir sus reses ante los colegas y las gentes amantes de las estampas rurales. De ahí que en estas convocatorias de año pueda verse tanta afluencia de público, haga frío o llueva, como sucedió ayer.
En Santa Lucía estuvieron con sus cabañas de tudanco, entre otros criadores, Manuel Quintana, de Santibáñez, Antonio y Josefa, de Mazcuerras, Jesús Rivero y Vicente Puente, de la misma localidad, Manolo el de Cos, Luis y Camilo Herrero (padre e hijo, de Santibáñez), el nieto de Germán, de Cabezón de la Sal y Alberto Posadas, de Novales que, con su hijo, maneja ganado de esta raza autóctona de Cantabria, de raza pardo alpina y caballar, en Novales y Carrejo.
Llamaron la atención las novillas y vacas tudancas expuestas, así como la terneras añojas y quincenas de la misma raza, hijas de toros y vacas extraordinarias, según los propios dueños y algunos ganaderos que, en corrillos, examinaban los ejemplares mayores y menores de la feria. Opiniones para todos los gustos, sobre capas, asomá (cornamenta), tamaño, color y demás características de los animales.
El calendario de este año se cierra el próximo sábado con la feria de Puentenansa. Y el año concluye, en lo que se refiere al sector ganadero de la región, con más pena que gloria.
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