Alcaldes afectados por las inundaciones reclaman ayudas para afrontar los daños

18 junio 2010

El desconcierto y el abatimiento reinaba ayer entre los alcaldes de las zonas afectadas por las inundaciones de los últimos días. Los regidores de las localidades donde los daños han sido más cuantiosos, como Val de San Vicente o Valdáliga, esperan a que estén evaluados los desperfectos para solicitar al Estado las correspondientes subvenciones.

La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, anunció en Lugo que el Gobierno central concederá ayudas para obras en viviendas y para recuperar infraestructuras dañadas en la Cornisa Cantábrica. Espinosa afirmó que, de momento, es «imposible» realizar una evaluación de los daños en Asturias, Cantabria y el País Vasco. La línea de ayudas que aprobará el Consejo de Ministros no contará con una dotación presupuestaria, sino que detallará los casos que pueden acogerse. Serán las delegaciones del Gobierno las que transmitan a los correspondientes ministerios las actuaciones a acometer.

Reocín ha solicitado ya al Gobierno central las ayudas habilitadas para catástrofes, como la vivida en Caranceja tras el desbordamiento del río Saja y que inundó buena parte de la localidad. El alcalde, Germán Fernández, precisó que el río se salió de su cauce «con una virulencia y una fuerza tremendas». En el Ayuntamiento estudian y valoran la posibilidad de que se declare el área afectada como zona catastrófica aunque, «en principio», no se reconocerá como tal.

Fernández explicó que el delegado del Gobierno, Agustín Ibáñez, visitó la zona afectada de este municipio y de otros, como Unquera y Cabezón de la Sal, para hablar con vecinos y regidores, a los que informó de las ayudas que existen para paliar daños derivados de catástrofes. Las viviendas afectadas presentan, según añadió Fernández, numerosos desperfectos, fundamentalmente en las plantas bajas y en dependencias como cocinas, salones. Varios negocios han sufrido las consecuencias del desbordamiento del río y, al menos, hay tres restaurantes «con fuertes daños». Afortunadamente, agregó, no ha habido que lamentar desgracias personales. Una de las zonas más afectadas ha sido el colegio aunque dio tiempo a sacar a todos los niños de las aulas. El alcalde de Reocín confía en que el centro educativo pueda estar listo y reabrirse la próxima semana. Señaló también que otras infraestructuras, entre las que mencionó los puentes de la localidad, no han sufrido daños estructurales ni grandes desperfectos.

En otro de los municipios más afectados por las intensas lluvias, Val de San Vicente, su alcalde, Miguel Ángel González Vega, está a la espera de evaluar los daños para reclamar las ayudas que les corresponden, para lo que estará en permanente contacto con la Delegación del Gobierno.

González Vega indicó que en el municipio los desperfectos básicamente se centran en la agricultura por los campos anegados y en las casas y enseres deteriorados por la entrada del agua del río Molleda, que se desbordó. El alcalde de Val de San Vicente apuntó que desconoce, de momento, si las ayudas las concederá directamente el Estado o a través del Consorcio de Compensación de Seguros.

También el regidor de Valdáliga, Lorenzo González, reclamó a las administraciones ayudas urgentes para afrontar los «numerosos» daños registrados en el municipio que los vecinos «no pueden afrontar» ya que muchos de ellos carecen de seguro.

González destacó que si no se atienden sus peticiones «lo único que me queda es llorar». Destacó que acudirá a Santander, a Madrid, o «a donde haga falta» para no dejar abandonados a su suerte a sus vecinos. Informó que en el pueblo de Birruezas han caído tres puentes y en el de Treceño hay más de cien casas afectadas por las inundaciones.

El alcalde de Peñarrubia, Secundino Caso, mantuvo una conversación con el delegado del Gobierno para informase de las ayudas a las que se puede acoger su municipio. Después de la gran riada del miércoles, hay pueblos como Cicera, Linares, Piñeres y Roza que se han visto especialmente afectados, informa Pedro Álvarez. Concretamente en Cicera, al saltar el río por encima de los dos puentes, se han producido importantes daños en la plaza pública y en una casa particular. El alcalde explicó que los vecinos afectados le han transmitido el problema, así como el peligro que tiene su vivienda, y «hemos remitido una carta urgente» a la Confederación Hidrográfica del Norte, «para que vengan los técnicos a visitar la zona afectada, y vean las actuaciones que se han de realizar».

Isabel Fernández y Nieves Abascal, alcaldesas de Cabezón de la Sal y de Ampuero, respectivamente, no estudian de momento reclamar ayudas al Estado hasta que se evalúen los daños aunque destacaron que sus municipios no son de los más afectados. «Cabezón ha sido de los municipios donde menos incidencias se han registrado», apuntó Fernández. Abascal precisó que en Ampuero posiblemente se solventen los problemas con «nuestros propios medios».

Importancia total

El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, indicó que el Gobierno regional estudiará la posibilidad de pedir ayudas al Estado una vez se conozca la «importancia total» de los daños causados por desbordamientos, inundaciones y desprendimientos. El Ejecutivo regionalya está actuando en las situaciones de mayor emergencia. Así, se trabaja para restablecer el tráfico en las carreteras regionales. En parecidos términos se expresó la vicepresidenta regional, Dolores Gorostiaga, quien recordó que en anteriores ocasiones ha habido mecanismos de ayuda por parte del Gobierno regional y «si no los hay, habrá que arbitrarlos».

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