A partir de ahora, el uso de los puntos limpios de Cantabria quedará restringido a los particulares. Esta medida, que según la empresa pública Mare (Medio Ambiente, Agua, Residuos y Energía) se adopta para ahorrar, ha puesto en pie de guerra a los profesionales que hasta ahora dependían de estas instalaciones públicas y gratuitas para gestionar sus residuos. Jardineros, contratistas, ganaderos, cerrajeros, instaladores de electrodomésticos, montadores de muebles, fontaneros y cualquier otro que obtenga un lucro de su actividad tendrá que buscarse la vida. O van al vertedero de Meruelo, desde donde quiera que sean, o pagan a un gestor de residuos privado.
Llegó la hora de terminar con la 'manga ancha' que, según el director general de Mare, Rafael Canales, permite a los pequeños autónomos utilizar una red de puntos limpios que se creó hace 12 años para implantar en Cantabria una cultura de gestión de residuos que no existía. Pero es un servicio exclusivo para los ciudadanos, «y la normativa europea así lo dice: quien contamina, paga».
Competencia desleal
No se concibe, según Canales, que se financie con dinero público el coste de una actividad económica, y calcula que la gestión de los residuos en los puntos limpios procedentes de autónomos y empresas cuesta a todos los cántabros unos 600.000 euros al año. «No podemos subvencionarles la gestión de los residuos, igual que no les subvencionamos el gasoil», compara. Además, argumenta que en los últimos años han surgido gestores privados, «que ya nos han presentado quejas por competencia desleal».
Estos días se han comenzado a colocar carteles en los 34 puntos limpios diseminados por la región, en los que se informa de las nuevas 'normas'. Además de limitar la entrada a los particulares, también han cambiado su horario «para adaptarlo a las necesidades de los ciudadanos», dice Canales, y se cerrará los lunes para ahorrar en horas extra y suplencias.
Reunión de afectados
Pero los perjudicados no están de acuerdo con los razonamientos de la empresa gestora. La plataforma de jardineros convocó ayer a representantes de los gremios afectados por esta medida para informarles de lo que les espera: Pagar entre 60 y 100 euros al día por un contenedor -que muchos no llenarían ni en varios días- que les lleve sus residuos a Meruelo o tratar con empresas privadas como Parevi, en Villaverde de Pontones. Ni una ni otra son viables, aseguran, ni tampoco repercutir el sobrecoste en el ya ajustado precio que ofrecen a los clientes. «Ir a Meruelo supone, además del contenedor, gasto en gasoil y tiempo perdido», cuenta Salvador, jardinero que razona la cuestión al revés que Mare: «transportando los restos de siegas y podas de nuestros clientes a los puntos limpios estamos haciendo un servicio por el que no cobramos y ayudamos a cuidar el medio ambiente». Su colega Santiago también rechaza un sistema que contradice la propia gestión de residuos que lleva a cabo el Gobierno de Cantabria, «era una gestión sana, que favorecía a las empresas continuar con su actividad. Ahora se deteriorarán las economías y habrá que despedir a trabajadores». Por no hablar de los daños colaterales que, temen, no tardarán si se pone en práctica: «Volverán los vertederos incontrolados, la contaminación y el mal uso de los contenedores urbanos que se había logrado erradicar».
Aunque desde Mare dicen que «hasta dentro de un mes» no se aplicará esta medida, los jardineros aseguran que ayer por la mañana les impidieron el paso al punto limpio de Torrelavega, para después abrírselo por la tarde. No descartan movilizaciones si no llegan a un acuerdo o negocian alguna salida viable con el Gobierno regional.





1 Opiniones...Anímate a participar :
no he entendido muy bien el problema. Estos señores utilizan la recogida de residuos del ayuntamiento? Pagan ese servicio? Si es así es lógico que utilicen los puntos limpios (dentro de un nivel razonable)
Pienso que limpiar un vertedero incontrolado cuesta bastante dinero y eso sí lo pagamos todos
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