Ecologistas en Acción denuncia los impactos ambientales sobre los ríos Rumaldero y Saja en Santa Lucía

10 septiembre 2013

Ecologistas en Acción-Cantabria ha denunciado que las labores de limpieza en el aliviadero que conecta el río Rumaldero en Santibáñez con el río Saja a la altura de la presa de Santa Lucía con el objeto de facilitar la circulación de las aguas en las grandes avenidas o períodos de lluvias intensas y prevenir, así, posibles inundaciones en el pueblo de Carrejo no están teniendo en cuenta criterios ambientales –y con una inversión económica que resulta desmesurada– respetuosos con la naturaleza de los ecosistemas fluviales afectados..

Estos impactos, según los ecologistas, se han traducido en un dragado indiscriminado y sumamente agresivo con maquinaria pesada que ha arrasado con la naturalización que empezaba a observarse en el cauce artificial donde se estaba consolidando una fauna y flora silvestres que para nada impedían la función de by-pas que desempeña esta obra para desviar las crecidas que se producen al pie del Escudo desde S. Cifrían, el arroyo Santisteban y el Ruvalle de cuya confluencia nace el río Rumaldero o Sajón, aguas abajo. Y es que las causas de las inundaciones no están solo en la intensidad de las lluvias caídas y el rebosamiento de los cauces originales, sino que tienen mucho que ver con la falta de secciones más amplias en la red de alcantarillado de Carrejo y Santibáñez y mayores luces en el vertido al canal del molino y el propio Rumaldero, y  con el desmantelamiento de la cobertera vegetal y los fenómenos que vienen provocando las plantaciones masivas de eucaliptos y las talas a matarrasa en las laderas de fuerte pendiente e intensos fenómenos de escorrentía superficial en las cabeceras de San Cifrián y Guzmarón donde nacen los arroyos afectados..

   De igual forma, ha resaltado Ecologistas en Acción, la remoción del cauce aguas abajo inmediatamente después de la presa de Santa Lucía está alterando y deforestando muy negativamente la vegetación natural de salces y alisos principalmente del ansar e isletas que sirven de colchón amortiguador de las crecidas del Saja y de los aportes del propio aliviadero –en vez de recuperar la función de la presa-labio con un cuidado dragado aguas arriba y la reposición de su entablamento original–, actuaciones en los dos casos que, de repetirse en la zona de Mimbrales de Ontoria y en Periedo, no harán sino agravar los riesgos en sus márgenes y aumentar las probabilidades de desbordamiento, dentro del empeño en romper con los trazados meandriformes, recurrir  a los encauzamientos salvajes y el uso abusivo de escolleras con muy altos costes económicos y ambientales, aumentar la velocidad de la corriente en las grandes avenidas, potenciar los efectos de rebote y los riesgos de apertura de brechas laterales, tolerar el relleno de las zonas húmedas adyacentes al propio curso de agua y de los cauces fósiles o de circulación esporádica, y olvidar la necesidad de reforzar la anchura y densidad de las formaciones de ribera y los bosques de galería para frenar los posibles desbordamientos y la erosión de las orillas fluviales.

 Por Ecologistas en Acción: Emilio Carrera.

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