«Con ganas de vivir»

 

Un cielo azul apabullante, las sillas en la carpa -a la sombra-, música, sangría y muchos temas de conversación entre los de aquí y los de allí. Así transcurrió ayer la Quedada de Mayores que se celebró en Cabezón de la Sal, que reunió a casi cuatrocientas personas. «Trescientas de fuera», decía la concejala de Servicios Sociales, María del Carmen Sañudo. «Y más no porque son fiestas en otros pueblos, que si no.».

Los mayores disfrutaron mucho. Primero, porque hizo muy bueno y, luego, porque hubo sorteo y actuaciones. De Los Peralos, del Coro de la Tercera Edad Virgen del Campo, las mujeres de Mazcuerras y hasta de algún espontáneo que siempre se acaba subiendo al escenario. Manuel, Carmen, Lupita, Clari, Pilar y Genoveva son de Carandía, Piélagos. Estaban sentadas a la sombra, en la carpa, reposando la comida. Tan a gusto. «Es un día muy bonito, porque te juntas con gente que no ves desde hace un año y es divertido», comentaba Lupita. Comieron tortillas, jamón, queso, patatas. «Lo típico que te traes de casa».

Los pasteles y el pan los compraron «en esa panadería tan buena que hay en la Avenida». Les encanta Cabezón, se sabe antes de que lo digan. Porque lo dicen. «Hombre, claro, cómo no nos va a gustar, si tenéis de todo». A la hora del baile, bailan, «pero el profesor es éste» y Manuel señala al de atrás, que es Jaime, de Renedo. Vino con Carmen Méndez, su mujer. «Somos mayores con ganas de vivir, que es lo importante, mientras el cuerpo aguante». Y el suyo parece aguantar mucho.

En frente, Sofía, María y Conchita. «Muy bien, muy bien», repetían. «La sangría estaba buena y fresquita». Pertenecen a la Asociación Ramiro Bustamante. Se lo pasan bien. Como Aureliano y sus dos amigos, de Soba. Los tres «solteros y jubilaos». Sacaron a bailar a las señoras, «a las que se dejan, porque somos muy feos». María López y sus amigas pertenecen al grupo de taichí de Soba y Ramales, que cada año actúa en el Día del Mayor, «pero este año no va a poder ser porque la profesora no ha podido venir». Iban a bailar «porque el año pasado la liamos parda». Y, mientras lo decían, a eso de las cinco, la del micrófono ya empezaba con el sorteo. «¡Menea, menea!», le gritaban a la alcaldesa, que hizo de mano inocente.

Y de Cabezón a Argoños. Allí también celebraron ayer la fiesta dedicada a los mayores. En total, 140 personas asistieron a la misa y a la comida que celebraron. Faustina Colina San Emeterio y Hermenegilda Colina Hoya fueron homenajeadas por sus cien años.