Comienza el derribo del almacén de Vinos Sánchez

08 abril 2016

Las máquinas de la empresa contratada por el propietario del negocio de vinos Hijos de Martín Sánchez, en Cabezón de la Sal, comenzaron este miércoles, a derribar el centenario almacén de vinos, ubicado en la calle Virgen del Campo nº1, y que se encuentra en estado de ruina. Tras varios días anunciándolo, la pala excavadora se comía el tejado del viejo edificio ante la mirada atónita de varios vecinos. El propietario, Miguel Álvarez Bolado, cumple así el requerimiento realizado por el Ayuntamiento de la localidad de proceder al derribo del almacén de la mítica empresa y de la vivienda anexa, “por el peligro que suponía por estar al lado de la carretera y para los viandantes”, según manifestó el arquitecto municipal, Moisés Castro.


Lo primero que se echará abajo será el almacén y luego la casa contigua, detalló Miguel, que dijo sentir “muchísima pena” al ver como desaparece el edificio que durante muchos años, y hasta el año 2004, en que la empresa se trasladó al polígono de Las Navas, albergó el negocio familiar. De hecho, la vivienda corresponde a finales del siglo XVIII y el almacén se construyó en el año 1925. Aunque el derrumbe estaba previsto para el lunes (se retrasó por un problema con la línea de teléfono) y ya habían comenzado a circular algunas versiones sobre que se intentaría salvar el inmueble, finalmente sobre las doce del mediodía las máquinas comenzaron a trabajar tras vallarse la zona, frente al edificio Consistorial y en pleno casco histórico del pueblo.

“Es una pena, porque creo que lleva ahí como 300 años ¿no?”, decía una señora mientras observaba cómo tiraban el edificio. De hecho, Miguel asegura que “han sido muchas las personas que nos han llamado para preguntarnos. Se trata de un edificio emblemático y que desaparezca provoca cierta conmoción”. Aunque con pena y nostalgia, efectivamente, la mayoría de los vecinos opina que “es mejor tirarlo, porque está en muy mal estado”. Ciertamente, las grietas y las humedades se estaban comiendo el edificio, abandonado desde el año 2004.

Con respecto al futuro uso de la propiedad, Miguel es claro: “nos gustaría que la Administración pudiese invertir para emplearlo como instalación municipal, que tanta falta hace, pero dado que la economía municipal no está muy bien y es probable que no pueda hacer frente a un proyecto de este tipo, lo venderemos a un promotor”. Y será ese promotor el que decida qué hacer con este espacio.
El edificio, seña de identidad de Cabezón, se compone de la vivienda, de 177 metros cuadrados, y del almacén (270 metros cuadrados), que se construyó para ampliar el negocio. El actual propietario de la empresa heredó el negocio de su abuelo, Martín Sánchez, que a su vez se lo dejó a su hijo, Cipriano Sánchez y a su mujer. De hecho, fue la viuda de Cipriano la última persona que ocupó la vivienda, hasta el año 1971. 
 
Desde entonces, las viejas y ennegrecidas paredes de este inmueble se han ido deteriorando con el paso del tiempo y el abandono. Así, Miguel ve estos días como se tira el edificio donde nació su negocio, justo el año en que se cumplen 150 años desde su nacimiento.

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Unknown dijo...

Pues que no han dado ni una

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