Locos por El Soplao

21 mayo 2010


Nueve historias personales sobre los motivos que impulsan a participar en la prueba.

Hablar de 'Los 10.000 del Soplao' es hablar de más de diez mil historias. Cada una diferente. Unas con final feliz y otras no. Para muchos el de mañana es el gran día que han marcado previamente con un rotulador rojo en el calendario. No hay marcha atrás. De nada sirve lamentarse. El que haya entrenado poco ya no puede remediarlo. El que se haya pasado de kilómetros puede que lo pague mañana.

Pero en la mente de todos un sólo objetivo: llegar a la meta de Cabezón de la Sal. Que ni las averías mecánicas ni los accidentes hagan de jueces. Muchos son los sacrificios que los 3.000 participantes realizaron para poder llegar a la salida. En la mayoría de los casos el tiempo libre para entrenar es más un sueño que una realidad.

El ácido láctico que azota las piernas y la fatiga serán combatidas con dosis elevadas de autoestima y superación personal. A las 08.00 horas de mañana se dará la salida a una prueba que se ha convertido en la más importante de todo el territorio nacional. Pocas competiciones deportivas reúnen en Cantabria a más de 3.000 participantes. Por unas horas Cabezón de la Sal se convertirá en la capital nacional del mountain bike.

Todo listo

Desde el Club Mountainbike Cabezón se trabaja a marchas forzadas para que esté todo listo. Desde las 16.00 hasta las 23.00 horas los participantes pasarán a retirar su dorsal y recoger el chip. También lo podrán retirar mañana, antes de la prueba, entre las 06.00 y las 07.30 horas. Treinta minutos después los 3.000 bikers ocuparan gran parte de las calles de Cabezón para ir saliendo hacia las primeras dificultades montañosas. Dada la gran cantidad de participantes, desde la organización, se ha lanzado un mensaje de advertencia recordando que es una marcha no competitiva donde hay que respetar las normas de circulación, ya que las carreteras y pistas no están cerradas al tráfico.

En la meta de todos sólo un deseo: que en la autopista hacia el infierno no haya que pagar demasiados peajes. Suerte para todos.

Isidro López: «Habrá que ver si es verdad lo del infierno»

Muchos participantes son expertos consumados en los llamados como raids de aventura. Es el caso de este biker coruñés. «A mí lo que me gustan son las pruebas de aventura. Me hablaron del Soplao y por eso me apunté. Me han dicho que el ambiente es fenomenal y que la organización es de diez. Por eso me decidí a acudir este año por primera vez», asegura el gallego.

No se esconde a la hora de fijarse un objetivo. «Yo espero llegar en unas onces horas. Para conseguirlo he entrenado combinado la bici con la carrera a pie, pero todo por la montaña», dice.

Además el sobrenombre de 'El infierno cántabro' también ayuda a atraer más gente. «Habrá que ver si es cierto eso que dicen del infierno. Seguro que sí, si el tiempo, como cuentan, es parecido al de anteriores ediciones».

Begoña García Morón: «Es el mayor reto que me he planteado»

Para muchas ciclistas el Soplao es la gran cita del año. Es el caso de Begoña García. «Será mi primera participación y también creo que será la última», bromea. «Me apunté al Soplao porque vamos cuatro amigos que salimos todos los fines de semana. Sin duda es el reto más grande de toda mi vida», dice la ciclista madrileña.

Para prepararse llevan dos meses haciendo rutas largas aunque reconoce que «el invierno tan duro que hemos tenido aquí no nos ha dejado hacerlo como nos hubiera gustado».

Le será de gran ayuda su conocimiento del terreno. «El verano pasado estuve de vacaciones en Cantabria con mi novio. Cogimos las bicis y subimos el alto del Moral y Palombera. Quedamos tan encantados que decidimos apuntarnos. Ese día hicimos la mitad del recorrido, a ver si tenemos suerte y acabamos», asegura.

Josep María Roigé: «El paisaje aquí es impresionante»

Otro ejemplo de por qué acuden tantos ciclistas a la prueba está motivado por los encantos de la región. «Hemos venido 28 personas desde Tarragona. En la prueba participaremos 18 y todos estamos encantados con el paisaje. Es impresionante», dice el ciclista tarraconense.

Para él también será su primera participación. «Cada años solemos hacer una prueba distinta de fondo. Nos decidimos por el Soplao para 2010. Antes ya acudimos a otras como la de los Dolomitas. El objetivo de cada integrante del grupo es diferente. El mío es el de disfrutar y terminar en un tiempo razonable», asegura.

Como todos los ciclistas que ya han tomado contacto en este tipo de pruebas el entrenamiento es el mismo. «Hemos hecho marchas largas para irnos acostumbrando, no nos va a pillar por sorpresa. Aunque la meta no es ganar tampoco iremos parados para que se nos suban los caracoles a las ruedas.», bromea.

Santiago Crespo: «En el monte todos somos amigos»

Muchos son los bikers cántabros que tomarán mañana la salida. En pocos años la bicicleta de montaña ha ganado muchos seguidores en Cantabria. Santiago Crespo pertenece al club Valle de Buelna MTB. «Hace dos años participé por primera vez y me quedé con ganas de repetir. Mañana me gustaría rebajar mi tiempo y sobre todo pasar un buen día», asegura.

No estará solo porque «aquí nos conocemos prácticamente todos y si alguien necesita algo se le ayuda. Da igual que sea de Bilbao, Murcia o Alcorcón, en el monte todos somos amigos».

Su objetivo personal es «rondar las 11 horas, para eso nos hemos preparado». Como casi todos los integrantes de la prueba sitúan el buen ambiente como lo mejor de la prueba. «Mejor que contarlo es vivirlo en primera persona. Es una carrera que pese a que el físico es importante, lo que más se necesita es que ese día la cabeza funcione y pueda con el cuerpo», dice.

Cedric Lemmonier: «Espero llegar a la meta y que sea aún de día»

El caso de Cedric Lemmonier, francés afincado en Madrid, no es el único. 'Los 10.000 del Soplao' cuentan con una participación internacional con ciclistas provenientes de Portugal, Andorra o Francia. «Pertenezco a un club de mountain bike de Madrid y además mi mujer es de Santander, así que decidí probar y acudo al Soplao por primera vez», cuenta el ciclista francés.

«Mi objetivo es acabar y a poder ser que no sea de noche. Si lo consigo estaré contento. Será la primera ocasión en la que participe en una prueba de larga distancia», asegura. A su favor tiene el conocimiento del terreno. «Si es cierto que conozco algo pero no he llegado a entrenar por los caminos por los que discurre la cita». Su forma de estado es correcta y espera que le sirva para poder vencer al reto que se fijó cuando se apuntó.

Calixto Caso 'Cali': «El Soplao no se puede comparar con nada»

El caso de 'Cali' no es el único dentro del club organizador. Muchos alternan su doble condición de participantes y organizadores. «Para mí 'Los 10.000 del Soplao' es el acontecimiento que esperamos desde el 1 de enero. Es en esa fecha cuando empezamos realmente a trabajar», asegura.

Sin embargo, es la última semana cuando se concentra todo el trabajo. «Casi no dormimos, entre organizar y pensar en correr ocupamos todo el tiempo».
Su objetivo esta edición es bien distinto. «He tomado la salida en todas las ediciones aunque este año ha sido cuando menos he podido entrenar. Habrá que esperar al año que viene para bajar de las diez horas», reconoce.

«Es una prueba especial, no se puede comparar con nada. Desde que sales es como estar en una nube. El cariño de todos es lo que hace que los 10.000 del Soplao sea distinta a otras pruebas».

Alfonso Suárez: «Fue un puntazo acabar el último»

De todos los participantes de la pasada edición el que más expectación levantó fue Alfonso Suárez Castellanos. Este ciclista asturiano terminó la edición pasada en última posición, el 912, tras 16 horas y 55 minutos encima de la bici. «Fue tremendo, algo increíble, una lucha personal porque desde el kilómetro 20 ya quería darme la vuelta», cuenta.

El de Alfonso es el caso de muchos ciclistas que acuden a la prueba con el reto personal de alcanzar la meta. «La bici me costó 50 euros, me la vendió un amigo y con ella llegué a meta, así que este año repetiré con la misma montura. Me trajo suerte», cuenta.

Este año su intención es bajar el tiempo aunque acude a la cita con dos amigos y no sabe «que ritmo seguiré». La preparación ha sido también distinta. «Este año he ido a clases de spinning y estoy mejor, aunque casi seguro es que vaya ese día con los colegas que seguro que disfruto mucho más», asegura.

Matías Cagigas: «El gran ambiente es lo que te hace repetir»

Será la segunda participación de Matías Cagigas. El ex ciclista profesional es para muchos uno de los candidatos a la victoria. Él prefiere no hablar de favoritos. «Mi objetivo este año es volver a pasar una jornada agradable. Vengo de la carretera y aquí el ambiente es totalmente distinto. Da gusto y la organización es de diez», asegura.

«Es muy bonito ver a tanta gente disfrutando y sufriendo a la vez. Cada uno tiene sus propios objetivos. Simplemente el hecho de presentarse en la salida es un gesto de heroicidad», sostiene el ciclista de Colindres.

«Cuando vine la temporada pasada no pensaba que esto iba a enganchar tanto, he competido a nivel profesional pero en pocas carreras, por no decir ninguna, me he sentido tan bien tratado. Para la organización todos somos Miguel Induráin y eso hay que valorarlo», cuenta. «Desde aquí mi enhorabueno a los 3.000 que tomarán la salida», concluye.

Evaristo Ortiz: «Es la cita que te motiva para entrenar»

Fue en el 2008 cuando Evaristo Ortiz se alzó con la primera posición. Sin embargo, no ha fallado en ninguna de las ediciones. La de mañana será su cuarta toma de contacto con 'El infierno cántabro'. «Este año me lo tomaré de otra forma distinta. Tuve un accidente de tráfico y eso me ha restado días de entrenamiento», aseguró Ortiz. «No creo que pueda bajar de las ocho horas, aunque vendré a Cabezón siempre que sea posible. Aquí me tratan como a un hijo», dice.

La preparación de una prueba de este tipo, asegura, «es la motivación necesaria para salir a entrenar todos los días».

Parece que la climatología va a ser completamente distinta a la de anteriores ediciones. «Todavía recuerdo la del primer año. Eso fue épico. No paró de llover e hizo mucho frío pero la atención de la organización fue impresionante», relata Ortiz que desde ayer descansa en Selaya. Aunque reside en Lérida su familia es de aquí, «por eso decidí venir el primer año y no me equivoqué».

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