Cabezón de la Sal se parecía ayer a un desierto. Solo en
una de las casas del pueblo se notaba algarabía e intensidad. Era la
casa de Juanjo Cobo, el 'Bisonte de la Pesa', el campeón de la etapa del
Anglirú. Y fuera, en el patio, estaban sus padres con los rostros
desencajados de emoción, asimilando su triunfo, porque es también un
poco suyo. «Nerviosísimo y emocionado». Así estaba su padre, José Cobo,
con las mismas facciones que su hijo. Habla despacio, como conteniendo
la emoción, pero sonríe con los ojos todo el rato. «En cuanto se escapó
ya sabía que iba a ganar», dice, y continúa, con una mezcla de pasión y
realidad. «Es muy fuerte e inteligente, dos buenas cualidades para
correr en bicicleta».
Se acerca Maribel, su madre, «estamos contentísimos
porque no pensábamos que iba a ganar». Desde que Juanjo Cobo atravesó la
línea de meta, el teléfono de esta casa del barrio de 'La Pesa' no ha
parado de sonar. Y un poco más allá, se escuchaban los cohetes, con los
que se celebró un triunfo de todos. Tras comentar las primeras
sensaciones, salen al patio y llegan sus tías, sus tíos, sus cuñados,
sus primos; para abrazarse y celebrarlo. Sentados en un banco, con las
piernas aún temblorosas de tensión, miran la foto de su campeón. «Hoy
parecía más descansado», dicen. Después de un rato, ya terminada la
ebullición del principio, comienzan a llegar vecinos del barrio, del
pueblo de Cabezón, con la boca llena de enhorabuenas para Cobo y su
familia, una familia querida.
«Ha estado entrenando mucho», asegura su padre, que ha
ido acumulando ilusión «porque sabíamos que estaba fuerte y que iba a
hacer un buen puesto», dice. No le verán hasta el miércoles, en
Peñacabarga, y también el jueves, en la salida de Solares. Hasta
entonces, guardan las ganas de abrazarle. Parecen tranquilos, «pero es
que aún lo estamos asimilando». Y saludan a unos y otros, que entran a
decir tan sólo: «Felicidades». «Hasta ahora ha tenido suerte y yo
siempre le digo que siga así y que tenga cuidado, que no se caiga»,
explica su madre. «Le hacía falta algo así para subir la moral»,
concluyen.
Pero este resultado, no sólo ha subido la moral de Cobo,
aquel chico que con nueve años empezó a mostrar pasión por la bicicleta,
ha subido la de todos, la de los de 'La Pesa' y los de más allá.
Aquellos que hicieron una peña, 'La Peña Ciclista Juan José Cobo, el
Bisonte de la Pesa', los que han sentido cada pedalada del ciclista como
suya. Colgada de la verja de la casa, hay una camiseta de La Peña, su
otra familia.
«Nos vamos a Madrid»
Muchos están en Angliru, como Aurelio, que busca la
palabra adecuada para expresar lo que siente: «No sé que decir. Es muy
grande ver a tu amigo ganar después de treinta años a su lado», afirma
al otro lado del teléfono. Los de la Peña llevan desde el viernes a su
lado, primero en León y luego en Asturias, durmiendo en tiendas de
campaña y soñando con la victoria, con la emoción. Ellos llegarán esta
noche. «Vamos a hacer pitadas con el coche, a ir a casa de sus padres y a
beber cerveza», dicen. Ayer, hoy y mañana la unidad que siempre hay en
el barrio de 'La Pesa' volverá a gritar de euforia por la victoria de
uno de los suyos.
En el bar 'Sajón' está su primo, Marcos Cobo, con una
cerveza sobre la barra ya que no va a esperar para celebrarlo. Sin
preguntarle, ya habla, está nervioso, descargando la tensión. «Nos vamos
el sábado a Madrid», dice. Marcos ha visto a su primo ganar la etapa en
la tele y ha llorado. «Apoteósico e impresionante», expresa y dice la
verdad. «Físicamente es un portento, aunque es un poco prudente y
cohibido», confiesa, pícaro. «No esperábamos que ganase, pero sabíamos
que iba a por todas y ha llegado sobrado», comentan en corrillo sus
amigos. Y repiten lo mismo una y otra vez: «Muy fuerte, está muy
fuerte».
En el bar 'El Gades' no hay fotos de Cobo en las paredes,
pero es el tema de conversación. «Estamos revolucionados, iba fuerte y
como un campeón», dice Cuco, también del barrio. Y es que Juanjo ha
creado afición. Lo dice la cara de Diana Gómez, de Cabezón, que nunca ha
mostrado interés por el ciclismo. «Me ha hecho mucha ilusión que haya
ganado alguien de aquí y he seguido esta etapa sin perderme cada
segundo, porque ha estado muy interesante. Es un fiera», asegura seria.
Pero no sólo en La Pesa, la alegría se extendió al resto de calles y barrios de Cabezón.
Y David, otro vecino: «Lo habríamos celebrado aunque no
hubiese ganado». Y esta frase define el sentimiento del barrio y del
pueblo. Todos los vecinos del nuevo líder de la Vuelta pedalearán con el
ciclista durante esta semana.
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