Cabezón disfruta bajo el reinado de Cobo

05 septiembre 2011

Cabezón de la Sal se parecía ayer a un desierto. Solo en una de las casas del pueblo se notaba algarabía e intensidad. Era la casa de Juanjo Cobo, el 'Bisonte de la Pesa', el campeón de la etapa del Anglirú. Y fuera, en el patio, estaban sus padres con los rostros desencajados de emoción, asimilando su triunfo, porque es también un poco suyo. «Nerviosísimo y emocionado». Así estaba su padre, José Cobo, con las mismas facciones que su hijo. Habla despacio, como conteniendo la emoción, pero sonríe con los ojos todo el rato. «En cuanto se escapó ya sabía que iba a ganar», dice, y continúa, con una mezcla de pasión y realidad. «Es muy fuerte e inteligente, dos buenas cualidades para correr en bicicleta». 
 
Se acerca Maribel, su madre, «estamos contentísimos porque no pensábamos que iba a ganar». Desde que Juanjo Cobo atravesó la línea de meta, el teléfono de esta casa del barrio de 'La Pesa' no ha parado de sonar. Y un poco más allá, se escuchaban los cohetes, con los que se celebró un triunfo de todos. Tras comentar las primeras sensaciones, salen al patio y llegan sus tías, sus tíos, sus cuñados, sus primos; para abrazarse y celebrarlo. Sentados en un banco, con las piernas aún temblorosas de tensión, miran la foto de su campeón. «Hoy parecía más descansado», dicen. Después de un rato, ya terminada la ebullición del principio, comienzan a llegar vecinos del barrio, del pueblo de Cabezón, con la boca llena de enhorabuenas para Cobo y su familia, una familia querida.
«Ha estado entrenando mucho», asegura su padre, que ha ido acumulando ilusión «porque sabíamos que estaba fuerte y que iba a hacer un buen puesto», dice. No le verán hasta el miércoles, en Peñacabarga, y también el jueves, en la salida de Solares. Hasta entonces, guardan las ganas de abrazarle. Parecen tranquilos, «pero es que aún lo estamos asimilando». Y saludan a unos y otros, que entran a decir tan sólo: «Felicidades». «Hasta ahora ha tenido suerte y yo siempre le digo que siga así y que tenga cuidado, que no se caiga», explica su madre. «Le hacía falta algo así para subir la moral», concluyen. 
 
Pero este resultado, no sólo ha subido la moral de Cobo, aquel chico que con nueve años empezó a mostrar pasión por la bicicleta, ha subido la de todos, la de los de 'La Pesa' y los de más allá. Aquellos que hicieron una peña, 'La Peña Ciclista Juan José Cobo, el Bisonte de la Pesa', los que han sentido cada pedalada del ciclista como suya. Colgada de la verja de la casa, hay una camiseta de La Peña, su otra familia. 
 
«Nos vamos a Madrid»
 
Muchos están en Angliru, como Aurelio, que busca la palabra adecuada para expresar lo que siente: «No sé que decir. Es muy grande ver a tu amigo ganar después de treinta años a su lado», afirma al otro lado del teléfono. Los de la Peña llevan desde el viernes a su lado, primero en León y luego en Asturias, durmiendo en tiendas de campaña y soñando con la victoria, con la emoción. Ellos llegarán esta noche. «Vamos a hacer pitadas con el coche, a ir a casa de sus padres y a beber cerveza», dicen. Ayer, hoy y mañana la unidad que siempre hay en el barrio de 'La Pesa' volverá a gritar de euforia por la victoria de uno de los suyos. 
 
En el bar 'Sajón' está su primo, Marcos Cobo, con una cerveza sobre la barra ya que no va a esperar para celebrarlo. Sin preguntarle, ya habla, está nervioso, descargando la tensión. «Nos vamos el sábado a Madrid», dice. Marcos ha visto a su primo ganar la etapa en la tele y ha llorado. «Apoteósico e impresionante», expresa y dice la verdad. «Físicamente es un portento, aunque es un poco prudente y cohibido», confiesa, pícaro. «No esperábamos que ganase, pero sabíamos que iba a por todas y ha llegado sobrado», comentan en corrillo sus amigos. Y repiten lo mismo una y otra vez: «Muy fuerte, está muy fuerte». 
 
En el bar 'El Gades' no hay fotos de Cobo en las paredes, pero es el tema de conversación. «Estamos revolucionados, iba fuerte y como un campeón», dice Cuco, también del barrio. Y es que Juanjo ha creado afición. Lo dice la cara de Diana Gómez, de Cabezón, que nunca ha mostrado interés por el ciclismo. «Me ha hecho mucha ilusión que haya ganado alguien de aquí y he seguido esta etapa sin perderme cada segundo, porque ha estado muy interesante. Es un fiera», asegura seria. 
 
Pero no sólo en La Pesa, la alegría se extendió al resto de calles y barrios de Cabezón. 
 
Y David, otro vecino: «Lo habríamos celebrado aunque no hubiese ganado». Y esta frase define el sentimiento del barrio y del pueblo. Todos los vecinos del nuevo líder de la Vuelta pedalearán con el ciclista durante esta semana.

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