Las asociaciones Conservación y Biodiversidad y
Red Cambera han suscrito un acuerdo de colaboración para desarrollar
iniciativas de custodia fluvial en los entornos fluviales de las cuencas
del Saja y Besaya. En concreto, se impulsarán actuaciones para hacer
frente a la proliferación de especies exóticas invasoras, haciendo
especial hincapié en la flora asentada en las riberas de los cauces
principales de cada cuenca.
Esta iniciativa se plasmará en la creación de un plan estratégico
de actuación, consensuado entre las dos entidades, que constará de
varias fases de implementación, buscando en cada una de ellas el apoyo
de la población local, instituciones y otros colaboradores, han
informado las asociaciones en un comunicado.
En este sentido, en 2012 se prevé realizar un diagnóstico de las
especies vegetales alóctonas e invasoras del río Saja en los términos
municipales de Cabezón de la Sal y Mazcuerras, así como del Besaya en
Los Corrales y San Felices de Buelna.
Asimismo, en etapas posteriores, se pretenden desarrollar diversos
programas formativos e investigar métodos de control de algunas
especies introducidas que se han convertido en invasoras tales como el
plumero, el bambú japonés o la crocosmia.
Según estas asopcoaciones, el ecosistema fluvial es uno de los
hábitats más vulnerables a la naturalización y expansión de la flora
invasora. En primer lugar, por la fuerte antropización de sus márgenes
y, en segundo, por la propia dinámica del río que remueve sedimentos
arrastrando con ellos la simiente de estas invasoras.
En este escenario, señalan, se hace necesario la puesta en marcha
de proyectos de diagnóstico, paliación y control de dichas especies
exóticas invasoras, con el objeto de conocer su situación y su posible
eliminación.
La proliferación de estas especies "es proporcional", explican, a
la desaparición de las plantas autóctonas propias de los entornos
ribereños, de los que aún se conserva una buena representación en las
zonas de cabecera tanto del Saja como el Besaya.
Sin embargo, el efecto transformador de la expansión de estas
especies por las orillas de los ríos es muy rápido y supone una amenaza
significativa para la conservación de los tramos en los que las plantas
autóctonas aún no han sido desplazadas y desequilibrios en los
ecosistemas fluviales en los que se encuentran, concluyen.
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