El Museo de la Naturaleza de Cantabria,
ubicado en Cabezón de la Sal, abre dos nuevas salas al público. Con
esta iniciativa el Gobierno regional amplía la oferta que propone este
centro dependiente de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte.
Las salas nuevas son una dedicada al siglo XIX y otra a la taxidermia, y
esta oferta busca que el visitante se pueda trasladar al siglo XIX y
descubrir cuál fue el origen de los museos de Historia Natural.
El recorrido que propone el Museo se remonta a 7.000 años a.C. para
encontrar los primeros restos de animales disecados y luego se avanza
en el tiempo para conocer en la primera expedición científica organizada
de la historia, auspiciada por Felipe II, el renacer de la preparación
de los animales con el ánimo de que sus restos perdurasen en el tiempo y
pudieran ser estudiados.
Para
desarrollar este discurso expositivo, se ha contado con la
valiosísima colección de especies taxidermizadas que atesoró la
Universidad Pontificia de Comillas desde el siglo XIX, y además para
mostrarla se utilizan las vitrinas originales construidas por el gran
arquitecto modernista catalán Domenech i Montaner para esa ocasión. Se
pueden observar aquí desde aves tropicales de todos los colores
imaginables, como el fantástico Quetzal, a ardillas voladoras, caimanes y
cocodrilos.
En la segunda sala,
más centrada en la taxidermia, se recrea el taller de trabajo de un
taxidermista y en él se puede observar no sólo la ambientación propia de
la época, sino también grabados, láminas y animales en pleno proceso de
elaboración.
Con estas salas, el
Museo de la Naturaleza pretende adentrar a los visitantes en ese pasado
tan rico y de necesario conocimiento para poder entender la función y la
labor que durante todos estos siglos han desempeñado en las ciencias y
en el conocimiento del universos y sus criaturas, tanto los museos de
Historia Natural, como el arte de la taxidermia.
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