«Este pueblo ya no tolera injusticias»

09 agosto 2010


Cantabria ha recuperado su identidad, es un pueblo «armado ideológicamente» y «ya no tolera injusticias». Lo decía ayer el presidente Miguel Ángel Revilla, en su discurso en Cabezón de la Sal con motivo de el Día de Cantabria, donde exhaló un sentimiento regionalista, ya conocido, que en algunos momentos llegó al embeleso.


Pero el anuncio del líder regionalista de esa intransigencia a las tropelías encerraba un aviso a navegantes, después del viacrucis de un Gobierno de coalición, que ha estado en jaque por el tren de alta de velocidad.

Sus palabras sonaban a advertencia a un Gobierno de España, que a punto ha estado de ningunear a esta Cantabria «orgullosa» con la suspensión del AVE y la reprogramación de las infraestructuras, y a un ministro, José Blanco, que llamó «pedigüeño» a todo un pueblo, una humillación que escoció mucho al presidente.

Lo recordó ayer, y lo ha dicho muchas veces con anterioridad. Cantabria es «bella», es «infinita», pero es difícil salir de ella. La carencia de infraestructuras ha sido el «gran lastre de esta tierra», pero Revilla, que se sabe ganador de su pulso a Blanco, anunció que «por fin, va a acabar esa pesadilla». Y ante un público entregado, anunció lo que, por repetido, ya es sabido: que «dentro de muy pocas horas» se va a suscribir con el Ministerio de Fomento «el compromiso de España con Cantabria, que pone el AVE en 2015 en Santander, pasando por donde tenía que venir, por Reinosa».

El presidente siempre encuentra en este Día de Cantabria el campo abonado para reivindicar ese «sentimiento de arraigo y de orgullo» que prodiga allá donde va. Echó la vista 30 años atrás, cuando esta región ni siquiera se llamaba así, y en un salto hacia el presente destacó la «explosión de sentimiento regional que ha sufrido esta tierra durante este tiempo».

Sostiene Revilla que Cantabria es «uno de los pueblos que está más afianzado en su identidad», por encima, incluso, de las comunidades nacionalistas. Pero con una particularidad: «Nos sentimos tan orgullosos de ser cántabros como españoles». Y este binomio, Cantabria-España, «nos lleva a no perder el tiempo en cosas superfluas y a no plantearnos cuestiones identitarias. No nos planteamos cuestiones de Estatut ni cosas parecidas. La decisión del futuro de España la tenemos todos los españoles, no sólo un territorio, porque esa es la ley», enfatizó. Directo a las entrañas de los nacionalismos catalán y vasco, el presidente reflexionó: «No engañemos al personal.

La decisión de lo que pasa en España la toma España entera. Lo que ocurre en Cataluña, en Euskadi y en Cantabria, lo deciden todos los españoles. Eso es democracia y es la ley, que hay que respetar». Sus palabras vienen refrendadas por el II Barómetro Autonómico del CIS, que revela que los cántabros no ven necesario aumentar la autonomía regional y se sienten orgullosos de pertenecer a España.

«De ésta salimos»

La exaltación del sentimiento regional dio paso a la crisis, para animar al optimismo. «Esta crisis está pasando y Cantabria va a salir de ella primero», dijo animoso. ¿Por qué? «Porque el Gobierno ha hecho los deberes», se respondió a sí mismo el presidente. Frente a los «agoreros», que vaticinan que «lo peor está por llegar», él defiende que «lo peor ha pasado y lo que venga, va a ser mejor». Y llegados a este punto, Revilla desplegó las expectativas «inmejorables» de la región en un horizonte de entre 2013 y 2015. Las claves de esa apuesta de futuro son «las energías renovables y del conocimiento». En ese momento, Cantabria «será vanguardia en España», porque «vamos a producir la energía que consumiremos e, incluso, exportaremos, gracias al Plan Eólico Terrestre aprobado y otro que está en ciernes en el mar», energías renovables que se traducirán en la creación de unos 5.000 puestos de trabajo, según sus cálculos.

También estará en funcionamiento el AVE mixto, de mercancías y pasajeros, otro activo «importantísimo a tener en cuenta». Otros hitos que marcarán el futuro son la Universidad de Cantabria y su apuesta por la excelencia, el Parque Científico y Tecnológico, los institutos de Hidráulica y Biotecnología y Valdecilla, que «dentro de año y medio» será «el mejor hospital de España y uno de los mejores de Europa». Sin olvidar la gran apuesta del presidente: los proyectos de la Fundación Comillas y Colegios Unidos del Mundo, que «en 2013 estarán a pleno rendimiento». El colofón a esta explosión de desarrollo será el Centro de Arte y Cultura, que proyecta la Fundación Botín. Revilla defendió también la apuesta por el turismo, pero «de calidad, no masificado», con «la trilogía de El Soplao, Altamira y Cabárceno» como principales fortalezas.

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