El Ayuntamiento de Cabezón de la Sal ha decidido proteger
el entorno del Poblado Cántabro con un vallado de madera que evite que
los jóvenes accedan al recinto para practicar el 'botellón' o realizar
cualquier tipo de actividad que conlleve destrozos en el lugar. La obra,
que ha supuesto un desembolso de 8.000 euros, estará terminada
próximamente.
Según dicen fuentes municipales, evitar los actos
vandálicos que se vienen produciendo en el lugar se ha convertido en una
de las tareas más importantes a desarrollar desde la reapertura, en
abril, de un recinto que en todo este tiempo ha recibido más de
2.000 visitas, convirtiéndose de este modo en el recurso turístico de
mayor recaudación para el municipio.
Integrando por cuatro cabañas que representan cómo vivían
nuestros antepasados hace 2.600 años, el Poblado Cántabro de Cabezón
reservará una parcela a la plantación de varios huertos ecológicos,
según informó en su día el concejal de Servicios, José Luis González,
quien recientemente aseguró que el Ayuntamiento de Cabezón «está
trabajando en ello» si bien la actividad todavía no ha empezado. La
intención es que sean los propios vecinos quienes gestionen estos
huertos. Se pretenden plantar en torno a 20 huertos que además supondrán
una medida de ahorro para los participantes, que verán reducida su
lista de la compra en el supermercado.
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