«Algunos vecinos de Caranceja no duermen cuando llueve
mucho. Incluso, alguno se va a dormir a un pueblo vecino cuando le
invade el temor a que vuelva a suceder lo mismo que hace dos años». Lo
explica el alcalde pedáneo de esta localidad de Reocín, refiriéndose a
la grave inundación que asoló su pueblo en 2010, y tras la cual no se
tomado ningún tipo de medida preventiva. Ante este hecho, que a su
juicio tiene fácil solución, se siente «impotente» al ver que desde la
Junta Vecinal no se puede hacer nada «y quien lo puede hacer no se
ocupa». Declara que la Junta se siente «abandonada, desinformada y sobre
todo, desprotegida» y pide que las instituciones «se tomen en serio la
situación».
Su reivindicación pasa porque la Confederación
Hidrográfica del Cantábrico prolongue el caballón que se construyó
desde Peña Truiz hasta los campos de fútbol tras las inundaciones del
año 1992, en vista de que no es suficientemente largo, y que la
Demarcación de Carreteras agrande los ojos de la salida de la carretera
general «para que el agua pueda pasar sin problemas en una situación de
riesgo». Habiendo tenido noticia de la inundación de hace dos años, el
Ministerio de Obras Públicas, Delegación de Gobierno, Protección Civil
de Santander y la Confederación Hidrográfica de Oviedo, nadie ha
aportado ninguna solución. «La respuesta siempre es la misma: que no hay
dinero».
Como recuerda Iglesias, «después de la terrible
inundación sufrida en 2010, la Junta Vecinal de Caranceja se reunió con
la Confederación Hidrográfica en Santander», una reunión en la que desde
la confederación se comprometieron a acudir a ver los terrenos para
hacer un estudio de la situación. «A día de hoy, dos años más tarde, no
sabemos nada más», lamenta el pedáneo. «Telefónicamente, nos han dicho
que están haciendo los estudios pertinentes, pero no nos dan plazos, y
por escrito, no nos han comunicado absolutamente nada», añade. También
se reunieron, a los pocos días del suceso, con la demarcación de
Carreteras del Ministerio de Fomento, un encuentro en el que la Junta
aportó documentación y fotos. «Pero tampoco hemos vuelto a saber nada».
La propuesta de la Junta Vecinal pasa por hacer un
dragado del río, que cuenta con una gran acumulación de piedras en el
fondo y utilizarlas para alargar el caballón en la orilla que afecta a
Caranceja, sin olvidarse de aumentar también el nivel del terreno a la
otra orilla, para que la localidad de Casar de Periedo no se vea
afectada tampoco en caso de crecida.
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