El Plan General de Ordenación Urbana de Cabezón de la Sal PGOU

30 agosto 2013

La nueva propuesta de PGOU de Cabezón de la Sal supone una flagrante transgresión del principio de seguridad jurídica al ignorarse la aceptación de las numerosas alegaciones individuales y colectivas en la aprobación inicial anterior –que era ya la segunda– en 2005 con una propuesta que vuelve al origen y no sólo repite sino que agrava los errores en los criterios y directrices de ordenación del que adolecía el documento primitivo. Éste, además, se expone a información pública en pleno verano, el período, como se sabe, más apropiado para estimular la participación ciudadana con fiestas, celebraciones, vacaciones e interferencias para consultas técnico-jurídicas, elaboración de alegaciones, intervenciones profesionales u organización de campañas de información, mesas redondas…; con un procedimiento de consultas individuales o personalizadas para bloquear visiones globales, articuladas y colectivas que trascendiesen los puros intereses particulares; sin la más mínima intencionalidad didáctica al limitarse a una exposición pasiva –que tiene, por otro lado, dificultades añadidas por la confusión de claves y aclaraciones sobre el significado de su planimetría– sin recurrir a la difusión de síntesis escritas y cartográficas en soportes impresos, digitales o audiovisuales que facilitasen su comprensión; y con ausencia total de actos, debates o montajes permanentes donde expresar visiones o interpretaciones plurales, intercambio de ideas y opiniones, o intervenciones de redactores, expertos, concejales, partidos, organizaciones sociales o profesionales…, sobre las propuestas planteadas.
 
Por otro lado, desde los inicios del Plan y las sucesivas reelaboraciones en más de una década, incluida la propuesta actual, no se ha hecho un análisis socioeconómico riguroso, particularmente sobre la crisis 2008-2013, el pinchazo inmobiliario, el desplome de la construcción, la demanda y el precio de la vivienda, y las mayores exigencias de desarrollo sostenible y calidad ambiental frente a los dictados de un sistema financiero y una economía de mercado sobre la planificación urbanística y la ordenación territorial que ya han dado suficientes muestras de sus potenciales tóxicos y de su fracaso a la hora de satisfacer las necesidades de la mayoría de la población. Por consiguiente, la calificación de suelo para casi 2.000 viviendas en la próxima década, un crecimiento de la población que casi dobla la actual de 8.500 habitantes, y unos índices de hacinamiento que no llegan a 3 hab/viv., falsean las razonables proyecciones de un futuro que no contempla, tampoco, las 500 viviendas más como oferta si sumamos las vacías, las infrautilizadas, las de 2ª residencia, en alquiler o de ocupación esporádica, las susceptibles de rehabilitación, remodelación o recuperación de solares abandonados o viviendas en ruina, o las resultantes de ampliar densidades y disminuir tamaños de parcelas de construcciones en suelo rústico o urbanizable; que la prolongación de la crisis rebaja la natalidad y restringe la posible inmigración o la adquisición de nuevas viviendas; y que las relaciones de dependencia intergeneracional y el escaso poder adquisitivo tienden a aumentar el índice de ocupación por vivienda habitada.
 
En esa línea el suelo urbano o urbanizable resulta desmesurado y desafortunado en su localización al dispersar y desarticular las tramas urbanas, fomentar los crecimientos en mancha de aceite, encarecer infraestructuras, equipamientos y servicios, invadir suelos y vegas fértiles y de alto valor agroecológico, degradar el paisaje y el Patrimonio Natural y Cultural, u ocupar la ladera y vaguada de Navas entre El Empalme y El Traviesu, de gran fragilidad visual y escénica, donde la fuerte pendiente aconseja, además, su consideración como suelo rústico de especial protección ecológica y paisajística, independientemente de las exageradas densidades en Pozo de la Sal, La Cabroja o Domañanes –con reducciones arbitrarias de servidumbres y distancias a linderos y cursos de agua–, y de falta de construcciones fuera de ordenación para desmantelarlas, demolerlas o negociar permutas mientras se segregan parcelas o grupos de viviendas con calificaciones arbitrarias y discriminatorias; se trazan viales, alineaciones, retranqueos o cesiones con tratamientos contradictorios según sectores o propietarios concretos; o se delimitan áreas de inundación –la mies de Sahoyo– con criteros exagerados de riesgo frente a otras áreas –Ontoria o Periedo–. donde se consolidan promociones inmobiliarias mucho más expuestas a las crecidas del río. Tampoco se observa voluntad de corregir impactos en núcleos urbanos y áreas rurales donde se han desnaturalizado los objetivos de las concentraciones parcelarias por intereses especulativos y promociones inmobiliarias; y donde se han introducido mobiliario urbano, distorsiones formales o estéticas, y usos o actividades que han degradado las calidades ambientales de calles, plazas, edificios relevantes, iglesia parroquial…
 
Por otra parte, los proyectos de remodelación e inversión en la red viaria resultan despilfarradores e innecesarios al incluir una agresiva rotonda en la Plaza de la Iglesia y un nuevo vial público para beneficios particulares o plantearse gestionar una demanda de transporte motorizado con pasos elevados o subterráneos sobre FEVE –pendiente el cierre a Asturias–, una variante Este-Sur de impacto irreversible sobre las mieses de Cabezón de la Sal, Carrejo, Ontoria y Vernejo, en vez de hacer sostenible la demanda con un plan de movilidad que garantizase la continuidad y seguridad de itinerarios peatonales y carriles-bici, la potenciación de FEVE y líneas de autobuses, y la renuncia al escandaloso dispendio de 20 millones de euros de la variante a Cabuérniga y de los nuevos puentes de Santa Lucía y Virgen de la Peña.
 
En cuanto al Catálogo del Patrimonio Natural y Cultural –o de Edificios, Conjuntos y Lugares de Interés histórico-artístico, etnográfico, ambiental o paisajístico–, adolece de propuestas específicas (Monumento Natural de Los Coborros, más Árboles Singulares, Bienes de Interés Cultural o Local del patrimonio Minero, Etnográfico o Fluvial….), repeticiones, diagnósticos equivocados y numerosas lagunas en su definición, clasificación y descripción sobre sus características y tipologías, sin que se introduzcan criterios más precisos y exigentes sobre el análisis de su estado de conservación, su posible tratamiento y rehabilitación, sus perímetros de protección, su proyección urbana, las periferias de los núcleos, los contactos con las áreas rurales y las entradas a la villa o las ordenanzas específicas (forestal, cierres, mobiliario urbano, ecosistemas fluviales….) para la mejora del Patrimonio construido, del medio ambiente y del paisaje de Cabezón de la Sal.
 
Por último, el Estudio Económico-Financiero y el Informe de Sostenibilidad Económica son un “brindis al sol” y un ejercicio de contabilidad creativa e ingeniería financiera donde ingresos y gastos de la hacienda municipal y otras Administraciones, sistema tributario y balance fiscal, inversiones públicas y privadas y gobernanza de recursos disponibles…, se mueven entre el voluntarismo y el futuro pluscuamperfecto de unas realidades imposibles de alcanzar en sus cifras, plazos y objetivos con el agravante de las amenazas al comercio local de una macrosuperficie en el Polígono de Navas –donde, además, el efecto resbaladero de la variante de Cabuérniga perjudicaría los flujos comarcales hacia el pequeño comercio de Cabezón de la Sal–; del despilfarro de inversiones –los casi 20 millones de la variante y los puentes, por ejemplo, o las exageradas para un Centro de Salud que sólo necesita algunas mejoras o ampliaciones– al margen de prioridades como viviendas sociales, centro multimedia y polivalente, rehabilitación del Patrimonio, agricultura ecológica o diversificación de actividades primarias, fortalecimiento del tejido industrial y cooperativas, etc; de la renuncia a la gestión pública del abastecimiento de agua o del complejo Domañanes para alcanzar una mayor rentabilidad económica, social y ambiental en mercados cautivos y seguros donde se han hecho, además, grandes inversiones públicas…; o de la subordinación de los equipamientos y servicios públicos geriátricos y asistenciales que ofrece la Residencia de Carrejo a un geriátrico de lujo en sus terrenos en perjuicio de los trabajadores y los beneficiarios actuales.

Emilio Carrera. Miembro de Ecologistas en Acción-Cantabria.

0 Opiniones...Anímate a participar :

Publicar un comentario

 
Plantilla basada en la tic-tac de blogger.