El presidente de Cantabria, Ignacio Diego,
ha lanzado este domingo un mensaje de confianza en la convicción de que
la región "está en la senda de renovación económica, crecimiento y de
creación de puestos de trabajo y oportunidades profesionales", todo ello
salvaguardando servicios esenciales como la sanidad, la educación y la
atención social a los dependientes y desfavorecidos.
Diego realizó estas declaraciones
durante su discurso con motivo de la celebración del Día de Cantabria en
Cabezón de la Sal, una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional
desde 1972, en donde no faltaron diputados y autoridades municipales y
regionales.
Si el mensaje institucional que Diego lanzó el pasado año
en el Día de Cantabria en el parque Gómez San Diego de Cabezón
aventuraba que la región iba a salir de la crisis, este año ha sido más
contundente al afirmar que “empezamos a salir ya. Cantabria ha pasado lo
peor, encara su convalecencia y volverá más pronto que tarde a una
salud pletórica que permitirá pensar que vivimos no sólo en la tierra
más bella del mundo sino también en la tierra con más oportunidades”.
Además, se comprometió para que las instituciones sigan
manteniendo “el impulso de cambio, de transparencia, de austeridad, de
sentido social y solidario, y también de ética”.
El presidente regional vertebró su discurso en tres
preguntas casi filosóficas. ¿Qué somos, de dónde venimos, y qué nos cabe
esperar? Y como viene repitiendo en los últimos meses, insistió en un
optimismo sobre el cambio de tendencia que lleva a “la recuperación
económica y el fin de la destrucción de los puestos de trabajos”.
Esta confianza de Diego se basa en señales y síntomas de
cambio que, según dijo, tienen su origen en las reformas emprendidas en
España por el gobierno de Mariano Rajoy a quien, sin citarle, mostró
todo su apoyo.
Mala situación heredada
Puso el retrovisor por un momento para recordar que venimos
de una situación generada por los gobiernos socialistas que negaron el
problema de la crisis y no supieron afrontar “lo que se venía encima".
Esto, agregó, provocó un retraso “muy significativo de las reformas
económicas y políticas necesarias para superar la crisis”, lo que elevó
el nivel de desempleo “muy por encima de lo inevitable”, mientras que al
mismo tiempo se cargaba el sector público “con un encadenamiento
inviable de déficits” que ha conducido a unas “ineludibles subidas de
impuestos” para socorrer servicios públicos esenciales.
“Venimos de cerrar los ojos y perder el tiempo”, enfatizó
en referencia clara a los gobiernos anteriores. En esta situación
heredada, Ignacio Diego justificó los recortes que su gobierno ha tenido
que hacer.
En este sentido, defendió que Cantabria ha hecho sus
deberes” implantando una cultura de “austeridad, suprimiendo consejerías
y cargos políticos. Hemos sido pioneros en reducir el Parlamento al
mínimo legal y estamos a la cabeza de España en reducción de organismos y
entes públicos, librando al contribuyente de gastos improductivos para
centrar los recursos en los servicios sanitarios, educación y atención
social”, aseguró.
Para reforzar el cumplimiento de sus tareas, el presidente
tiró de cifras. De cada 100 euros de austeridad, 94 se han conseguido
conteniendo los gastos no perentorios y adelgazando el sector público, y
sólo 6 euros se han obtenido subiendo impuestos.
El presidente situó a Cantabria entre las regiones más
capaces de financiar su servicio sanitario y, dentro de esos ‘brotes
verdes’ que atisba el presidente para 2014, citó el paro registrado en
el mes de julio que “ha sido el primer mejor semestre de la historia de
Cantabria", así como también los índices de la producción indusrial que
han sido "notablemente mejores".
A su juicio, la industria de Cantabria está resistiendo
bien la competencia y la crisis, y dejó constancia del apoyo del
gobierno a este sector así como a todo el ámbito empresarial.
En su intervención no hubo ninguna referencia a los casos
de corrupción política, pero sí una crítica al nacionalismo catalán.
Así, mientras defendió la vocación autonómica de Cantabria y su elevado
sentimiento español, mostró cierta preocupación por determinadas
“expresiones extremadas de nacionalismos disgregadores que siembran la
discordia para justificar sus inclinaciones, y que con la propaganda
inducen los sentimientos que más les convienen”.
Cumplimiento del déficit público
En este sentido, destacó que Cantabria ha pasado de ser una
de las comunidades más incumplidoras del criterio de déficit público a
estar “en el grupo de vanguardia que avanza hacia el equilibrio fiscal”,
un cumplimiento que nace de su defensa de la solidaridad en la fijación
de un objetivo bajo, porque “nadie saldrá ganando con la quiebra de
otras partes de España”.
Enfatizó especialmente en este sentimiento solidario de la
región porque, a su juicio, “aquí no hay salvaciones individuales, sino
salvación de cada uno dentro de la embarcación común que debe seguir a
flote y en un buen estado de navegabilidad”.
Si algo critica especialmente los partidos de la oposición
(PSOE-PRC) al presidente es su actitud sumisa ante Madrid. Por eso, en
su intervención Ignacio Diego puso el acento en la posición
reivindicativa del ejecutivo que preside frente al gobierno de Rajoy.
A ese espíritu atribuyó tres logros conseguidos por su
ejecutivo en los últimos 12 meses: el acuerdo para una “histórica
mejora” a corto plazo del ferrocarril con la meseta y la reactivación de
la Autovía del Cantábrico entre Solares y Torrelavega; la reducción del
llamado ‘céntimo verde’, y la propiedad del edificio del Banco de
España en Santander. Pero por encima de estos tres aspectos situó la
inclusión de fondos estatales para el hospital Marqués de Valdecilla.
No desaprovechó la ocasión para meter una puya al gobierno
bipartito (PSOE-PRC), cuyos dos máximos representantes, la socialista
Dolores Gorostiaga y el regionalista Miguel Ángel Revilla estaban
presentes en el acto, al definir como “kafkiana” la situación en que
encontró su ejecutivo el hospital Valdecilla. En este sentido, aseguró
que dicho centro sanitario verá resuelto el problema de las obras y su
viabilidad inmediata gracias a la participación privada en los servicios
auxiliares.
Tras una intervención de alrededor de 40 minutos, se
procedió al izado de las banderas autonómicas bajo el himno de la
Alegría, de la de Cantabria, que fue realizado por Diego al son del
himno de Cantabria y de la de España, que fue izada por el delegado del
Gobierno, Samuel Ruiz, bajo el himno nacional.
La anécdota de la jornada se produjo en este momento ante
la resistencia que tuvo que vencer Samuel Ruiz para izar una bandera
española que se trabó a medio camino.
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