A los mensajes y crónicas del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal en
todos los soportes –digitales, impresos, audiovisuales, radio macuto...–
a su alcance sólo les falta el merengue para completar el empacho que
están produciendo en los sufridos lectores, oyentes, espectadores y
testigos, más o menos impasibles o entregados a su persistente
propaganda sobre la primacía y oportunidad de sus inversiones y
realizaciones, en medio del verbo florido de sus representantes y el
exquisito manejo de sus plataformas mediáticas donde se confunden, de
forma invisible, su carácter institucional con su orientación
partidista, su titularidad pública con su filosofía sectaria, y sus
recursos "culturales" con la negación sistemática de la objetividad y el
pluralismo.
En esta avalancha –que incluye, como cualquiera puede comprobar, el
uso inteligentísimo de las nuevas tecnologías– lo mismo le cae al
sorprendido vecino una revista que se proclama municipal a la que se le
ha olvidado añadir las siglas del partido que la patrocina, que una
inversión millonaria en un nuevo Centro de Salud innecesario y
"orientado" a su próxima privatización dentro del programa de recortes y
copagos sanitarios –mientras el actual permanece en perfecto estado de
conservación y susceptible de ampliar, horarios, prestaciones,
superficies y plantillas– o unas "mejoras" urbanizadoras de inspiración
mediterránea con la supresión de alcorques y vegetación del país,
superfluos y artificiosos enlosados postizos y cementos de colores para
dificultar las labores de limpieza, asfaltados, mobiliarios y bordillos
inventados...., en vez de actuar con mayor modestia presupuestaria en
aceras y calzadas que estaban perfectamente transitables y necesitadas
sólo de actuaciones de conservación y mantenimiento en detalle; y lo
mismo contempla carriles-bici que no van a ninguna parte o eucaliptos
que se caen sobre casas, caminos y carreteras, que talas de arboledas
urbanas y rurales, carísimos arreglos de edificios municipales y
fundacionales o instalaciones de hierba artificial de avanzadísimo
ingenio para vender motos y mantas, que innumerables e "inocentes"
espectáculos convertidos en terapia ocupacional u oferta permanente de
entretenimiento y distracción sublimes (o subliminales, vaya usted a
saber).
Todo ello en contraposición con el olvido de asuntos tan triviales e
intrascendentes como los de enterarse de los ingresos y gastos de la
Comisión de Fiestas; de los criterios y beneficiarios de subvenciones a
entidades culturales y deportivas; del impacto de la macrosuperficie de
Navas en el tejido del comercio tradicional; de las actas o acuerdos
locales sobre la prioridad o los argumentos de las inversiones públicas;
de las memorias técnicas sobre la situación en que se encontraban los
lugares donde se gasta alegremente el dinero de todos los ciudadanos –el
campo de fútbol, Galas, el Refugio, el Museo de Taxidermia...–; de las
persecuciones, discriminaciones o arbitrariedades y clientelismos en las
contrataciones y perfiles de los afortunados en el reparto de las
migajas y los salarios de miseria; del estado y el coste de las
numerosas sentencias contrarias a derecho que ha padecido una gestión
tan virtuosa y democrática como la que se refleja con su página webb o
se transmite a través de la Frecuencia Modulada de la Voz de su Amo; de
su selecta política ambiental en el abandono de la depuradora del
Polígono Industrial o la presa de Santa Lucía, en el trazado o las
filtraciones de colectores, en las plantaciones masivas de eucaliptos,
en la ruina y degradación de las áreas con alto grado de naturalidad
–las cabeceras de los arroyos Navas del Rey, Pontonilllas, Rumaldero,
Rulaila o Las Lamas, los bosques de galería y las formaciones de ribera,
Los Coborros, la Fuente de las Oblatas...– o la ruina de testimonios
relevantes del Patrimonio Cultural –el Pozo de la Sal, el Picu la Torre,
la Braña de los Pastores, la presa de Santa Lucía, los conjuntos
urbanos en torno a la calle Virgen del Campo o en el arranque del Paseo
Igareda, setos, arboledas y cierres en caminos y núcleos rurales...– ;
de las subidas de impuestos en las tasas de agua y de basuras mientras
se sigue alabando ciegamente la gestión privada y los records de
reciclaje para mayor gloria de sus beneficiarios....
Estos son, pues algunos pocos ejemplos del desprecio a los principios
elementales de una economía ecológica –si hay alguna que puede dejar de
serlo– que el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal ignora por sistema en
este despilfarro generalizado de un Plan de Obras autonómico con las
elecciones como horizonte que obliga a las Corporaciones locales a
adelantar el dinero y endeudarse sin remedio, a buscar lugares debajo de
las piedras donde asfaltar nuestros cerebros, a degradar los escenarios
en que vivimos –y, de paso, estafarnos como ciudadanos– y a no hacer
esfuerzo alguno para definir las prioridades en inversiones más
rentables económica, social y ambientalmente.
Emilio Carrera.
JORNADA PUERTAS ABIERTAS AULA 2 AÑOS
Hace 1 semana
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