Tras el impacto de los primeros momentos, pero antes de que el paso del tiempo nos haga olvidar, éste es un buen momento para la reflexión. El equipo directivo, el Claustro de profesores y el Consejo Escolar del IES Valle del Saja, en representación de toda la comunidad educativa, hemos decidido emitir el siguiente comunicado:
Queremos, en primer lugar, agradecer las numerosas muestras de solidaridad recibidas de alumnos, profesores, familias y personal no docente de numerosos centros educativos, así como también de los máximos responsables de la Consejería de Educación, del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, de sindicatos y de otros colectivos.
En segundo lugar, queremos mostrar nuestra preocupación ante la gravedad de la agresión sufrida por un profesor y miembro del equipo directivo de nuestro centro educativo. La entereza con la que éste ha reaccionado no debe hacernos olvidar la brutalidad y la cobardía que caracterizaron un hecho que pudo haber tenido consecuencias fatales. Lo ocurrido no es responsabilidad de una sola persona en un momento de ofuscación, se asemeja más bien al modo de actuar propio de una banda callejera cuyo comportamiento en las calles de Cabezón había ido empeorando paulatinamente. En esta ocasión, tras provocar al profesor con insultos, lo atacaron por la espalda, tirándolo al suelo y, mientras algunos formaban un corro alrededor que ocultaba la paliza, otros lo agredían con fuertes patadas en la cabeza y en el resto del cuerpo. La responsabilidad concreta de cada participante habrá de ser determinada por la autoridad competente, pero es tarea de todos extraer algunas conclusiones de lo ocurrido.
Así como condenamos sin paliativos el racismo y la xenofobia, y rechazamos el ensañamiento vengativo y estéril contra estos jóvenes o sus familias, queremos también mostrar nuestra condena hacia la sensación de impunidad que parece acompañar a veces a este tipo de conductas. Es importante llamar la atención respecto de una tendencia peligrosa que lleva a algunas personas a consentir una perversa inversión de la realidad que termina por considerar víctimas a los agresores y agresores a las víctimas que se atreven a denunciar. Ante la violencia, los intentos de intimidación y el acoso, se debe actuar siempre con serenidad, pero también con firmeza, cada cual desde su responsabilidad. Esto es especialmente importante si los agredidos son las personas más frágiles, como los alumnos, por eso es una tarea fundamental en los centros de enseñanza preservar el buen clima de convivencia que garantiza que el proceso educativo se lleve a cabo de un modo provechoso y grato. Estamos convencidos de que la causa última de esta agresión radica en el compromiso que este profesor comparte con el resto del equipo directivo, del Claustro y de toda la comunidad educativa por mantener una política de 'tolerancia cero' hacia las conductas que perturban la armonía.
Creemos que la imagen del Instituto ha podido verse injustamente deteriorada por este acontecimiento. Como saben bien quienes nos conocen, nada más lejos de la realidad que asociar el IES Valle del Saja con un ambiente de violencia. Aunque la información publicada ha sido, por lo general, correcta y respetuosa, conviene hacer algunas precisiones. Nuestro centro se ha visto envuelto en este incidente porque un grupo de jóvenes entre los que estaban dos de sus alumnos ha agredido a un miembro del equipo directivo que los había expulsado. El joven detenido no es ni ha sido nunca alumno de este Instituto. Tampoco es hermano de ninguno de nuestros alumnos. Entre los miembros de este grupo sólo había dos alumnos de nuestro centro, ambos expulsados en el mes de febrero tras reiterados e infructuosos esfuerzos por reconducir su conducta, puesto que es una responsabilidad ineludible del equipo directivo velar por el mantenimiento de un clima óptimo de convivencia, siendo intolerantes con todo lo que atañe al acoso, la intimidación y la violencia.
Conviene extraer de este incidente alguna enseñanza que nos sirva para el futuro. En las calles de nuestro pueblo ha tenido lugar un incidente grave, por lo que es preciso reaccionar acertadamente, como todos esperamos que ocurra. De no ser así, la sensación de impunidad podría terminar provocando sucesos cada vez más comprometidos. Desde el punto de vista judicial, hay que dejar trabajar a quien compete, pero sabemos bien que en la tarea educativa, la sanción es la última medida, la respuesta necesaria cuando han fallado otros mecanismos. Por eso es fundamental afrontar con rigor y ambición la prevención de estas conductas, y la prevención sólo es eficaz cuando se impulsa con decisión y perseverancia, desde una buena planificación y con adecuadas estructuras que la sostengan en el tiempo. Esta tarea exige la colaboración de todos. La familia y la escuela han de propiciar la formación en valores como la honradez, el respeto, la convivencia y la paz, pero esta tarea será estéril si los medios de comunicación promueven valores diferentes, si hay gente que se enriquece vendiendo sustancias que destruyen la vida de los jóvenes o si la corrupción y la riqueza fácil se asocian con el éxito personal y social. A esto alude el bello proverbio africano que dice que 'para educar a un niño hace falta la tribu entera', y en esa línea consideramos imprescindible la colaboración de los centros educativos con las diferentes instituciones implicadas. Creemos que en nuestra localidad es importante replantearse con seriedad la oferta de actividades de ocio y tiempo libre para la juventud. Para abordar esta y otras cuestiones, proponemos la creación del Consejo Escolar Municipal, órgano de consulta, asesoramiento y participación en temas relacionados con la educación que permite asegurar una comunicación fluida entre la administración local y la administración educativa. En él pueden estar representados profesores, familias, alumnos, personal de administración y servicios, directores de los centros educativos, representantes del Ayuntamiento, concejales de los diferentes grupos políticos y representantes de los empresarios y de los sindicatos. También nos parece importante una reflexión por parte de la administración sobre cuál sería la mejor respuesta educativa posible para los alumnos más problemáticos, que podrían, en ocasiones extraordinarias, necesitar una escolarización especializada.
Quisiéramos, para terminar, defender la imagen de nuestro Instituto, que tiene como una de sus señas de identidad la excelente y fluida relación entre todos los sectores de la comunidad educativa, la cordialidad en la convivencia. Nuestro objetivo es ofrecer, desde un centro público ubicado en el medio rural, una enseñanza de alta calidad. El apoyo de la administración educativa, la estabilidad del profesorado del centro, el compromiso de nuestros alumnos y sus familias y un buen ambiente de trabajo contribuyen al mantenimiento y la potenciación de diferentes programas que permiten ofrecer a nuestros alumnos la enseñanza de calidad que puede garantizarles el éxito en sus empresas futuras. Mencionaremos aquí algunos ejemplos. En cuanto a la enseñanza de lenguas extranjeras, los profesores del centro han realizado un intenso esfuerzo de formación que nos permite ofrecer dos programas bilingües, uno de inglés y otro de francés, con dos asignaturas cada curso en cada uno de estos idiomas. Varias decenas de alumnos cursan simultáneamente ambos programas, obteniendo unos resultados excepcionales. Nuestro Instituto es también uno de los centros de Cantabria en los que se desarrolla, en colaboración con la Fundación Marcelino Botín, el programa Global Classrooms. En cuanto a la dotación en equipos relacionados con las nuevas tecnologías, debe destacarse un esfuerzo mantenido en el tiempo que hace que en la actualidad, además de sus tres salas de informática, el centro disponga, en todas las aulas, de ordenador, pantalla y cañón de proyección, equipo de sonido de calidad y conexión a Internet, lo que permite proyectar documentos audiovisuales e informáticos en cualquier momento, consiguiendo una idónea integración de estos recursos en el día a día del trabajo en las aulas. En nuestro Instituto se cuida, por otra parte, de un modo especial, la atención a la diversidad, entendiendo que todos nuestros alumnos, independientemente de sus características personales, familiares o sociales, deben tener la oportunidad de progresar del mejor modo posible para obtener un desarrollo idóneo. Se obtienen buenos resultados académicos y se fomenta la cultura y la investigación. En este contexto, por ejemplo, los dos últimos cursos, algunos de nuestros alumnos han alcanzado, coordinados por el Departamento de Física y Química, el segundo y tercer premio en la fase nacional del Certamen de Jóvenes Investigadores, midiéndose con estudiantes de toda España (algunos ya universitarios) en el más prestigioso encuentro de este tipo. Y destacaremos, por fin, el hermoso trabajo que une a toda la comunidad educativa del centro para hacer posible que año tras año nuestros alumnos cumplan su compromiso solidario de organizar actividades para recaudar fondos con los que financiar los estudios de Sudip Magar y varios niños de Bal Mandir, un orfanato de Nepal. Este es el perfil que nuestro Instituto ha ido construyendo poco a poco y que quisiéramos defender en estas líneas, creemos que nuestros alumnos, de quienes no podemos sino sentirnos orgullosos, lo merecen.
Queremos, en primer lugar, agradecer las numerosas muestras de solidaridad recibidas de alumnos, profesores, familias y personal no docente de numerosos centros educativos, así como también de los máximos responsables de la Consejería de Educación, del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, de sindicatos y de otros colectivos.
En segundo lugar, queremos mostrar nuestra preocupación ante la gravedad de la agresión sufrida por un profesor y miembro del equipo directivo de nuestro centro educativo. La entereza con la que éste ha reaccionado no debe hacernos olvidar la brutalidad y la cobardía que caracterizaron un hecho que pudo haber tenido consecuencias fatales. Lo ocurrido no es responsabilidad de una sola persona en un momento de ofuscación, se asemeja más bien al modo de actuar propio de una banda callejera cuyo comportamiento en las calles de Cabezón había ido empeorando paulatinamente. En esta ocasión, tras provocar al profesor con insultos, lo atacaron por la espalda, tirándolo al suelo y, mientras algunos formaban un corro alrededor que ocultaba la paliza, otros lo agredían con fuertes patadas en la cabeza y en el resto del cuerpo. La responsabilidad concreta de cada participante habrá de ser determinada por la autoridad competente, pero es tarea de todos extraer algunas conclusiones de lo ocurrido.
Así como condenamos sin paliativos el racismo y la xenofobia, y rechazamos el ensañamiento vengativo y estéril contra estos jóvenes o sus familias, queremos también mostrar nuestra condena hacia la sensación de impunidad que parece acompañar a veces a este tipo de conductas. Es importante llamar la atención respecto de una tendencia peligrosa que lleva a algunas personas a consentir una perversa inversión de la realidad que termina por considerar víctimas a los agresores y agresores a las víctimas que se atreven a denunciar. Ante la violencia, los intentos de intimidación y el acoso, se debe actuar siempre con serenidad, pero también con firmeza, cada cual desde su responsabilidad. Esto es especialmente importante si los agredidos son las personas más frágiles, como los alumnos, por eso es una tarea fundamental en los centros de enseñanza preservar el buen clima de convivencia que garantiza que el proceso educativo se lleve a cabo de un modo provechoso y grato. Estamos convencidos de que la causa última de esta agresión radica en el compromiso que este profesor comparte con el resto del equipo directivo, del Claustro y de toda la comunidad educativa por mantener una política de 'tolerancia cero' hacia las conductas que perturban la armonía.
Creemos que la imagen del Instituto ha podido verse injustamente deteriorada por este acontecimiento. Como saben bien quienes nos conocen, nada más lejos de la realidad que asociar el IES Valle del Saja con un ambiente de violencia. Aunque la información publicada ha sido, por lo general, correcta y respetuosa, conviene hacer algunas precisiones. Nuestro centro se ha visto envuelto en este incidente porque un grupo de jóvenes entre los que estaban dos de sus alumnos ha agredido a un miembro del equipo directivo que los había expulsado. El joven detenido no es ni ha sido nunca alumno de este Instituto. Tampoco es hermano de ninguno de nuestros alumnos. Entre los miembros de este grupo sólo había dos alumnos de nuestro centro, ambos expulsados en el mes de febrero tras reiterados e infructuosos esfuerzos por reconducir su conducta, puesto que es una responsabilidad ineludible del equipo directivo velar por el mantenimiento de un clima óptimo de convivencia, siendo intolerantes con todo lo que atañe al acoso, la intimidación y la violencia.
Conviene extraer de este incidente alguna enseñanza que nos sirva para el futuro. En las calles de nuestro pueblo ha tenido lugar un incidente grave, por lo que es preciso reaccionar acertadamente, como todos esperamos que ocurra. De no ser así, la sensación de impunidad podría terminar provocando sucesos cada vez más comprometidos. Desde el punto de vista judicial, hay que dejar trabajar a quien compete, pero sabemos bien que en la tarea educativa, la sanción es la última medida, la respuesta necesaria cuando han fallado otros mecanismos. Por eso es fundamental afrontar con rigor y ambición la prevención de estas conductas, y la prevención sólo es eficaz cuando se impulsa con decisión y perseverancia, desde una buena planificación y con adecuadas estructuras que la sostengan en el tiempo. Esta tarea exige la colaboración de todos. La familia y la escuela han de propiciar la formación en valores como la honradez, el respeto, la convivencia y la paz, pero esta tarea será estéril si los medios de comunicación promueven valores diferentes, si hay gente que se enriquece vendiendo sustancias que destruyen la vida de los jóvenes o si la corrupción y la riqueza fácil se asocian con el éxito personal y social. A esto alude el bello proverbio africano que dice que 'para educar a un niño hace falta la tribu entera', y en esa línea consideramos imprescindible la colaboración de los centros educativos con las diferentes instituciones implicadas. Creemos que en nuestra localidad es importante replantearse con seriedad la oferta de actividades de ocio y tiempo libre para la juventud. Para abordar esta y otras cuestiones, proponemos la creación del Consejo Escolar Municipal, órgano de consulta, asesoramiento y participación en temas relacionados con la educación que permite asegurar una comunicación fluida entre la administración local y la administración educativa. En él pueden estar representados profesores, familias, alumnos, personal de administración y servicios, directores de los centros educativos, representantes del Ayuntamiento, concejales de los diferentes grupos políticos y representantes de los empresarios y de los sindicatos. También nos parece importante una reflexión por parte de la administración sobre cuál sería la mejor respuesta educativa posible para los alumnos más problemáticos, que podrían, en ocasiones extraordinarias, necesitar una escolarización especializada.
Quisiéramos, para terminar, defender la imagen de nuestro Instituto, que tiene como una de sus señas de identidad la excelente y fluida relación entre todos los sectores de la comunidad educativa, la cordialidad en la convivencia. Nuestro objetivo es ofrecer, desde un centro público ubicado en el medio rural, una enseñanza de alta calidad. El apoyo de la administración educativa, la estabilidad del profesorado del centro, el compromiso de nuestros alumnos y sus familias y un buen ambiente de trabajo contribuyen al mantenimiento y la potenciación de diferentes programas que permiten ofrecer a nuestros alumnos la enseñanza de calidad que puede garantizarles el éxito en sus empresas futuras. Mencionaremos aquí algunos ejemplos. En cuanto a la enseñanza de lenguas extranjeras, los profesores del centro han realizado un intenso esfuerzo de formación que nos permite ofrecer dos programas bilingües, uno de inglés y otro de francés, con dos asignaturas cada curso en cada uno de estos idiomas. Varias decenas de alumnos cursan simultáneamente ambos programas, obteniendo unos resultados excepcionales. Nuestro Instituto es también uno de los centros de Cantabria en los que se desarrolla, en colaboración con la Fundación Marcelino Botín, el programa Global Classrooms. En cuanto a la dotación en equipos relacionados con las nuevas tecnologías, debe destacarse un esfuerzo mantenido en el tiempo que hace que en la actualidad, además de sus tres salas de informática, el centro disponga, en todas las aulas, de ordenador, pantalla y cañón de proyección, equipo de sonido de calidad y conexión a Internet, lo que permite proyectar documentos audiovisuales e informáticos en cualquier momento, consiguiendo una idónea integración de estos recursos en el día a día del trabajo en las aulas. En nuestro Instituto se cuida, por otra parte, de un modo especial, la atención a la diversidad, entendiendo que todos nuestros alumnos, independientemente de sus características personales, familiares o sociales, deben tener la oportunidad de progresar del mejor modo posible para obtener un desarrollo idóneo. Se obtienen buenos resultados académicos y se fomenta la cultura y la investigación. En este contexto, por ejemplo, los dos últimos cursos, algunos de nuestros alumnos han alcanzado, coordinados por el Departamento de Física y Química, el segundo y tercer premio en la fase nacional del Certamen de Jóvenes Investigadores, midiéndose con estudiantes de toda España (algunos ya universitarios) en el más prestigioso encuentro de este tipo. Y destacaremos, por fin, el hermoso trabajo que une a toda la comunidad educativa del centro para hacer posible que año tras año nuestros alumnos cumplan su compromiso solidario de organizar actividades para recaudar fondos con los que financiar los estudios de Sudip Magar y varios niños de Bal Mandir, un orfanato de Nepal. Este es el perfil que nuestro Instituto ha ido construyendo poco a poco y que quisiéramos defender en estas líneas, creemos que nuestros alumnos, de quienes no podemos sino sentirnos orgullosos, lo merecen.
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