José Pérez Bergara, el párroco de Ruente apartado por el obispo de Santander de la tutela de sus hasta ahora parroquias, rompió ayer su silencio sólo para decir que hará lo que le manden sus superiores y lo que dicte la Justicia. «Tengo mucho respeto a la Iglesia, con la que he trabajado durante muchos años, pero guardo silencio porque son cosas muy personales entre el obispo y yo y entre los constructores y yo. Si me tienen que llevar a juicio, que me lleven. Son cosas mías muy personales, que no tengo que decir a nadie y así contestaré también a las muchas personas que me aprecian y que me han llamado».
El cura tiene un contencioso con la empresa Cosver, de Cabezón de la Sal, a la que adeuda desde hace un año 38.000 euros por el arreglo del tejado de la parroquia de Ucieda. El constructor le ha demandado judicialmente, lo que ha destapado el hecho de que faltan en la parroquia 18.000 euros.
El párroco sostuvo ayer que el problema «ya lo he tratado con el obispo, que me ha dicho lo que tenía que hacer y, si después hay cosas judiciales, o lo que sea, como todo hijo de vecino, me expondré a lo que dicten los jueces». Preguntado sobre el destino de los 18.000 euros que tenía en deposito de la parroquia sólo afirmó: «Las cosas están como están y ya he dado las explicaciones oportunas a quien tenía que dárselas».
Las obras se pagarán
El Obispado no lo ha confirmado oficialmente, pero está dispuesto a asumir la deuda contraida por el sacerdote, que ejercía en el citado municipio desde hacía cuatro años. La semana pasada fue separado de su parroquia tras la denuncia de la citada constructora. Ésta ha tenido que reajustar su plantilla además del quebranto económico que se le ha generado, ya que se trata de una pequeña empresa familiar y creada hace poco.
El cura tiene un contencioso con la empresa Cosver, de Cabezón de la Sal, a la que adeuda desde hace un año 38.000 euros por el arreglo del tejado de la parroquia de Ucieda. El constructor le ha demandado judicialmente, lo que ha destapado el hecho de que faltan en la parroquia 18.000 euros.
El párroco sostuvo ayer que el problema «ya lo he tratado con el obispo, que me ha dicho lo que tenía que hacer y, si después hay cosas judiciales, o lo que sea, como todo hijo de vecino, me expondré a lo que dicten los jueces». Preguntado sobre el destino de los 18.000 euros que tenía en deposito de la parroquia sólo afirmó: «Las cosas están como están y ya he dado las explicaciones oportunas a quien tenía que dárselas».
Las obras se pagarán
El Obispado no lo ha confirmado oficialmente, pero está dispuesto a asumir la deuda contraida por el sacerdote, que ejercía en el citado municipio desde hacía cuatro años. La semana pasada fue separado de su parroquia tras la denuncia de la citada constructora. Ésta ha tenido que reajustar su plantilla además del quebranto económico que se le ha generado, ya que se trata de una pequeña empresa familiar y creada hace poco.
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