Los 600 rugen en Cabezón de la Sal

24 julio 2011

Un arco iris de Seat 600 brilló ayer en el parque Conde San Diego de Cabezón de la Sal. Azules, rojos, púrpura, amarillos, blancos, un poco menos azules, un poco menos rojos. Hubo muchos, como 80, entre inscritos y no inscritos, pero lo que hubo, sobre todo, fue un viaje en el tiempo, hasta los años 60 y 70. La canción de 'Cuéntame', varias de Nino Bravo, la de la Chica de ayer. todas sonaban de fondo, entre las voces y los flashes de las cámaras. Es la III Concentración Nacional de Seat 600, que aún continúa hoy, domingo, en las calles de la Villa.

Llegaron de Madrid, de Cantabria, Sevilla, Vizcaya, Navarra, Palencia, Asturias, Burgos, León, Salamanca, Segovia, Toledo, Pamplona, Guipúzcoa.
El más antiguo, un Seat 600-N, matriculado en abril del 61, propiedad de un vizcaíno. Juan Antonio, de un pueblo cerca de Madrid, llevaba hasta las maletas sobre su 600, del 67. «Son maletas muy antiguas, tienen más de 50 años». Para Juan Antonio cuidar un coche de este tipo es «como resucitar a un muerto». Solo que este madrileño no ha dejado que su coche se muera y es la segunda vez que participa en esta Concentración. Fueron muchas las personas que ayer decidieron acercarse al parque de la localidad para curiosear entre los coches con sus cámaras de fotos y es que la antigüedad no está reñida con el buen gusto. «Algunos tienen hasta asientos de cuero», decían.

Dentro de los vehículos, de todo: peluches, 600 en miniatura y hasta una silla para niños. José y Trini han tardado tres horas en llegar desde León, «con el 600». Son veteranos en esto de las Concentraciones, «hemos viajado por toda España». Esta pareja tiene tres tipos de 600, como tres hijos «porque requieren mucho cuidado y esmero». Pero el más esmerado es Alberto Lerchuta, que llegó a Cabezón de la Sal sobre la una del medio día, desde Castro Urdiales, conduciendo su furgoneta de carga. Alberto es esmerado porque tiene siete 600. Esta vez trajo una antigua furgoneta de los años 70, con un toldo en la parte de atrás cobijando a dos muñecos de tamaño real que demostraron que lo más importante es echarle imaginación. «La compré en Sevilla y es el único modelo que queda vivo de los que se fabricaron en España». Una reliquia de color azul celeste.

La alcaldesa de la localidad, Esther Merino, acompañada de varios concejales, destacó «la importancia» de este tipo de acontecimientos «que siempre impulsamos» y que, además, «sirven para dar a conocer el municipio e intensificar el comercio y la hostelería».

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