Cinco días llevan los pescadores en los ríos cántabros en
busca de la trucha. Menos de una semana en la que la tónica general ha
sido la escasez de capturas, bien por el poco caudal de agua en algunas
cuencas, bien por la todavía baja temperatura de la misma en casi todas
ellas. Aunque la queja estrella de los pescadores que acudieron ayer con
sus cañas a los ríos era otra: la poca información que les hizo perder
un día de pesca.
Porque ayer, día de Jueves Santo, no se podía pescar, al
contrario de lo que ha sucedido en otros años donde sí se podía pescar
los jueves que fueran festivo. «Ha habido un significativo malestar
entre los pescadores. Nuestra labor ayer fue más la de informar a la
gente de que no se podía pescar», afirma Severiano Arenal, jefe de la
Comarca número 13 de la Dirección General de Montes del Gobierno de
Cantabria. «Quizá se podía haber dado algo más de información. Se ha
dado la paradoja de que en los cotos sí se podía y al lado, en un tramo
libre, no estaba permitido».
En la zona occidental, ríos como el Saja, el Besaya, el
Nansa o el Escudo de momento «van bien de agua», señala Arenal, «pero
la temperatura es algo fría y por eso no hay tantas capturas». Algo que
ocurre en todos los inicios de temporada. A la vez, en estos primeros
días -sobre todo el domingo, cuando se abrió la campaña- ha habido
«muchísima gente. En la zona de Santa Lucía, en Cabezón de la Sal, había
pescadores cada 20 metros».
A juicio del jefe de la Comarca número 13 de la Dirección
General de Montes, si el desnieve se produce de forma lenta, lo que
asegura un caudal constante en los ríos de esta zona occidental, «puede
ser una buena temporada para la pesca de la trucha».
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