Rubén C. G., el joven de Los Corrales de Buelna que durante una disputa en un bar de Cabezón de la Sal dió un puñetazo a Román García Marcano, que cayó, como consecuencia del golpe se dió en la cabeza, y falleció, será juzgado hoy. Rubén se enfrenta a una petición de pena de cinco años de cárcel por parte de la Fiscalía y de la acusación particular que ejerce la familia de la víctima.
El Juzgado de lo Penal Número 2 de Santander será el encargado de llevar el proceso. Las dos acusaciones imputan al acusado un delito de lesiones graves en concurso ideal con otro de homicidio por imprudencia, dentro de los límites que el juez que instruyó el caso estableció, tras determinarse que la causa de la muerte de Román García no fue el puñetazo, sino el golpe en el cráneo que se dio al caer al suelo.
La familia de la víctima intentó durante toda la instrucción que Rubén C. G. respondiera por un delito de homicidio, o incluso de asesinato, pero el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Torrelavega entendió que no había pruebas para sostener esos cargos. El magistrado se basaba para ello en los informes de los médicos forenses, que establecían que el hematoma cerebral que le costó la vida a Román García no fue el generado por el puñetazo, sino el originado por el golpe que el joven se dio al desplomarse.
Además de la pena de cinco años de prisión, el Ministerio Público exige a Rubén C.G. que indemnice a los familiares de Román García con 157.000 euros, y la acusación particular eleva esa compensación a 204.939 euros.
Una penosa historia
Los hechos ocurrieron sobre las 23.30 horas del 19 de abril de 2008, en el bar 'La Terminal' de Cabezón de la Sal, cuando Rubén C.G. propinó un puñetazo a Román García, de 24. Según algunos testigos, fue un golpe «brutal y fulminante». Román García Marcano recibió un puñetazo de su agresor que le rompió la mandíbula por tres sitios y cayó fulminado al suelo, golpeándose la cabeza.
Según el relato de algunos testigos, el joven se dirigió hacia la barra. Por el camino le abordó su agresor que, sin mediar palabra, le propinó un fuerte puñetazo. Como ya se ha explicado, en la caída la víctima se golpeó con la cabeza contra el suelo.
El agredido fue entonces trasladado al Hospital Valdecilla. En un principio su estado no parecía revestir gravedad e, incluso, el joven no quería subir a la ambulancia, según algunos testigos.
Sin embargó empeoró notablemente en el centro médico, permaneció durante algunas horas con respiración asistida y finalmente falleció.
El Juzgado de lo Penal Número 2 de Santander será el encargado de llevar el proceso. Las dos acusaciones imputan al acusado un delito de lesiones graves en concurso ideal con otro de homicidio por imprudencia, dentro de los límites que el juez que instruyó el caso estableció, tras determinarse que la causa de la muerte de Román García no fue el puñetazo, sino el golpe en el cráneo que se dio al caer al suelo.
La familia de la víctima intentó durante toda la instrucción que Rubén C. G. respondiera por un delito de homicidio, o incluso de asesinato, pero el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Torrelavega entendió que no había pruebas para sostener esos cargos. El magistrado se basaba para ello en los informes de los médicos forenses, que establecían que el hematoma cerebral que le costó la vida a Román García no fue el generado por el puñetazo, sino el originado por el golpe que el joven se dio al desplomarse.
Además de la pena de cinco años de prisión, el Ministerio Público exige a Rubén C.G. que indemnice a los familiares de Román García con 157.000 euros, y la acusación particular eleva esa compensación a 204.939 euros.
Una penosa historia
Los hechos ocurrieron sobre las 23.30 horas del 19 de abril de 2008, en el bar 'La Terminal' de Cabezón de la Sal, cuando Rubén C.G. propinó un puñetazo a Román García, de 24. Según algunos testigos, fue un golpe «brutal y fulminante». Román García Marcano recibió un puñetazo de su agresor que le rompió la mandíbula por tres sitios y cayó fulminado al suelo, golpeándose la cabeza.
Según el relato de algunos testigos, el joven se dirigió hacia la barra. Por el camino le abordó su agresor que, sin mediar palabra, le propinó un fuerte puñetazo. Como ya se ha explicado, en la caída la víctima se golpeó con la cabeza contra el suelo.
El agredido fue entonces trasladado al Hospital Valdecilla. En un principio su estado no parecía revestir gravedad e, incluso, el joven no quería subir a la ambulancia, según algunos testigos.
Sin embargó empeoró notablemente en el centro médico, permaneció durante algunas horas con respiración asistida y finalmente falleció.
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